Jorge Belanche empezó a jugar al fútbol al lado de casa, en el antiguo campo del Metropolitano de Las Fuentes con el Juventud. Tras muchos años en ese club, ha terminado en el División de Honor del Ebro tras un primer intento fallido en el Balsas la temporada pasada, con el que no acabó la Liga.

--¿Cómo fue el derbi contra el Zaragoza?

--Teníamos el partido ganado y se nos escapó al final. Ibamos ganando 1-0 y jugando cómodos, pero me pitaron un penalti muy dudoso y el partido se revolvió, lo que no nos favorecía. Al final, para compensar, nos pitaron uno a favor nuestro pero lo fallamos. A uno se le queda mala cara porque pudimos ganar tranquilamente.

--Llevan una buena temporada para ser debutantes, ¿dónde está el secreto?

--No somos un equipo que se encierre como el Peñas Oscenses o el Balsas. Salimos a ganar en cualquier partido, pero tampoco nos golean, ya que los partidos que hemos perdido contra la Real Sociedad y el Danok Bat han sido por un gol de diferencia.

--Se dice que la clave es ganar en casa, pero sin embargo sólo han ganado un partido en El Carmen...

--Nos viene mejor jugar fuera de casa, por el estilo de jugadores que tenemos pero, de todas maneras, llevamos varios penaltis en contra como el día del Peñas, que íbamos ganando 1-0 y en la prolongación nos pitaron uno, con lo que acabamos empatando un partido que teníamos ganado o el día del Indartsu, que se nos complicó el partido cuando íbamos ganando 2-0.

--¿Eso quiere decir que juegan mejor al contragolpe?

--No, de ningún modo. Como he dicho antes no jugamos los partidos esperando atrás. Lo que pasa es que, al tener gente que es muy rápida lo aprovechamos mejor en los partidos de fuera, cuando hay más espacios. Pero esto no quiere decir para nada que juguemos encerrados y al contragolpe.

--Tal como van, incluso por delante de equipos filiales ¿a qué aspiran?

--Lo primero de todo es salvarnos. Luego ya veremos. De momento, el próximo partido será muy difícil, ya que jugamos en Pamplona contra el Osasuna.

--¿Quiere añadir algo más?

--Quiero recordar a un jugador del Juventud que fue compañero mío y se llama Carlos Martínez, que podía estar este año jugando tranquilamente con nosotros pero el Juventud no quiso darle la baja.