Para el colegio Sagrado Corazón, la Carrera del Parchís es su Mundial de atletismo. Los monitores mentalizan a los niños para que comiencen la temporada deportiva con fuerza. Ayer fue el gran día para los niños del colegio del barrio del Actur. Medio centro escolar se dio cita en la carrera organizada por el Centro Comercial Hipercor.

La masiva participación de 330 chavales desde los 4 a los 15 años tuvo su recompensa y Sagrado Corazón-Pirineos se llevó el premio gordo como centro escolar con más corredores. Segundo fue Cortés de Aragón (230 atletas) y tercero el Río Ebro (177 participantes), colegios situados también en el Actur.

Desde las diez de la mañana, las inmediaciones del centro comercial Grancasa eran un hervidero. Pese a la mañana fría y ventosa, se batieron todos los registros y se echaron al asfalto más de 4.000 niños. Los padres acompañaban a sus hijos y se afanaban en colocarles el dorsal, atarles bien las zapatillas y ayudarles a quitarse la ropa para que debutaran en el bonito deporte del atletismo.

LOS VOLUNTARIOS Los voluntarios del Casablanca no daban abasto. Ponían vallas, daban las bolsas de regalos a los niños, cogían dorsales, hacían de padres, confeccionaban los resultados y ayudaban a los padres a recobrar los niños perdidos.

En la línea de salida la actividad era frenética. Los voluntarios y la policía municipal, que colaboró con el evento, hacían las veces de jueces. Los corredores esperaban ansiosos en la línea de salida. Eran en algunos casos diez minutos interminables en los que combatían el frío moviéndose continuamente. Víctor Aured, que organizaba la línea de salida, les daba una cariñosa regañina para que no se escaparan antes de tiempo. Con su altavoz no hacía otra cosa que advertir: "¡Tened tranquilidad. Quedan diez minutos para la salida!", gritaba.

La avalancha de niños debía de ser contenida por varias vallas. Por el carril de la carretera cercano pasaban coches y autobuses y era muy difícil controlar a los más pequeñitos de 4 y 5 años, que parecía que se movían como en un hormiguero.

Los mayores, que llevaban dorsales verdes azules y amarillos, dieron la vuelta al centro comercial a lo largo de un kilómetro. Los más pequeñitos corrieron 400 metros y fueron el gran espectáculo de la mañana. Más de 400 participantes de seis y siete años se lanzaron en estampida en la prueba del dorsal rojo.

Los monitores de Pirineos, Cortes de Aragón, Río Ebro, Hermanos Marx, José Amar y Borbón, Enrique de Osso, Monsalud, San Braulio, Juan de Lanuza, Zurita, Julián Nieto o Antonio Machado quieren competir con el fútbol y el básquet y meter el veneno del atletismo a los críos. Quién sabe si en unos años aparece un nuevo Eliseo Martín.