"Me duele, pero no pienso en ello durante la carrera". Dani Pedrosa, que en los primeros entrenamientos de ayer del Gran Premio de Australia, que se disputa la próxima madrugada (4.00 horas, TVE-1), tuvo una discretísima actuación, al mismo nivel que casi todos los favoritos, aseguró que no vale la pena "torturarse" con la herida que sufrió en la rodilla derecha. "Aquí, al menos, hay más curvas de izquierdas", dijo aliviado. El piloto tratará de repetir el podio de Malasia para no descolgarse de la lucha por el título de MotoGP, en el que dice no pensar en ningún momento.

Pedrosa es de los pocos favoritos que ha conseguido ganar en Phillip Island, un trazado elogiado por todo el circo del que el tricampeón catalán tiene muy malos recuerdos, pues fue ahí, junto al océano, donde se fracturó los dos tobillos, cinco días después de ganar su primer título mundial. "Aquello ya está olvidado y bien olvidado, enterrado, aunque algo de cosquilleo siempre queda". Pedrosa venció el pasado año en Australia, pero su máximo rival, Valentino Rossi, sexto ayer, lleva tres años consecutivos ganando en Melbourne.

La expectación en Australia es grande por saber si, a falta aún de cuatro carreras (Phillip Island, Japón, Estoril y Valencia), Honda va a ordenar a Pedrosa que trabaje para Hayden, es decir, que intente restarle puntos a Rossi y deje pasar al norteamericano, últimamente muy inferior a él en pilotaje, ambición y resultados, en la carrera de mañana y las tres últimas citas del campeonato.

BAUTISTA Y LORENZO Solo un desastre inimaginable impediría al joven Álvaro Bautista (Aprilia, 125cc) proclamarse mañana campeón del mundo de 125cc. El pupilo de Jorge Martínez Aspar tiene suficiente con sumar un punto más que el finlandés Mika Kallio (KTM) o, simplemente, acabar entre los 15 primeros si su rival no puntúa. Jorge Lorenzo, primero ayer en dos y medio, espera aumentar aún más su ventaja.