Algunos clubs de Segunda, como el Valladolid, ya avisaron en el inicio de temporada que no tirarían el balón fuera si un contrario estaba doliéndose en el césped, los equipos andaluces del Grupo IV de Segunda B también institucionalizaron de forma extraoficial esa norma y, el domingo en Mestalla, el Getafe clamó al cielo porque el primer gol del Valencia había llegado después de una falta sobre Casquero y éste quedó tendido en el suelo mientras Morientes hacía el 1-0. La picaresca de aprovechar una lesión para frenar el juego del rival hace tiempo que se ha impuesto a la deportividad que en sí tenía la acción de echar el esférico fuera. En el Zaragoza consideran que la mejor solución es que sea el árbitro el que determine cuándo se debe parar.

"Hay que dar más protagonismo al árbitro en esas jugadas, porque se abusa mucho de la picaresca para hacer que el rival pierda el ritmo o no imprima velocidad al juego y eso no beneficia ni al fútbol ni al espectador", explica el técnico, Víctor Fernández, que no ha dado ninguna consigna en el vestuario sobre estas acciones.

Eso sí, la mayoría de sus futbolistas apuesta, mientras el árbitro no sea el que lo determine, por echar el balón fuera en caso de que haya un rival lesionado. "Es difícil saber si un rival está fingiendo o no, y por eso, la idea en un principio es echar el esférico fuera, pero hay veces que ni lo ves y que sigues la jugada por eso. Ahí la participación de los líneas y de los árbitros debe ser esencial", reseña Ewerthon.

Diferentes jugadas

Mientras, Cuartero cree que hay que distinguir entre las jugadas, que no se puede hacer una norma universal. "Hay veces que el jugador lesionado se queda en medio de la jugada, pero otras en que no interviene para nada, como Casquero en el gol del Valencia. El tirar el balón fuera está en la conciencia de cada uno, pero debe ser el árbitro el que debe decidir. Es lo mejor".

Mientras eso no ocurra, "hay muchos equipos que sacan ventaja con eso, pero la decisión está en la conciencia de cada uno", explica Ponzio, que añade: "No sacar ventaja de eso debería ser la norma, pero no es fácil, aunque creo que debe primar siempre la deportividad".

El centrocampista argentino también apuesta por dejar el dictamen para el colegiado, aunque Zapater no las tiene todas consigo de que eso terminara de solventar una polémica que va en aumento: "No es fácil, porque el árbitro tampoco sabe si el jugador está fingiendo o no. Yo por lo que sí abogaría es por castigar más duramente a los que se tiran o a los que fingen".

Mientras tanto, Zapater también distingue entre unas jugadas y otras, porque "hay veces que el balón está muy lejos del jugador lesionado y te cortan una acción muy clara de gol, pero insisto en que es un tema que no es fácil de solucionar porque se saca provecho de este tipo de jugadas en las que debería primar la deportividad".

Para Óscar el criterio no debe ser el de echar el balón siempre fuera y sí considera que se puede ver algunas veces qué futbolistas fingen, "porque a veces se nota que no le pasa nada y más si le has robado un balón y sabes que no le has tocado. Por supuesto que la mejor manera es que decida el árbitro en estas jugadas, pero mientras eso no ocurra yo soy partidario de echar el balón siempre fuera".