Tres de tres. El CAI Zaragoza ha aprendido a ganar. El equipo aragonés sumó en la pista del Hospitalet la tercera victoria consecutiva de la temporada y saca la cabeza por fin de la zona baja y empieza a mirar hacia arriba con la confianza consustancial a su potencial. El triunfo de ayer fue muy elaborado, ganado con sufrimiento y sudor en muchas fases, pero con una gran templanza y efectividad al final. El CAI se sobrepuso al apagón eléctrico en los marcadores que se produjo a dos minutos para la conclusión, cuando sólo vencía de dos puntos (71-73), no se descentró y volvió con la sonrisa en la boca gracias a la excelente actuación de Angulo y Onyekwe. Únicamente hubo una mala noticia: Lucas Victoriano acabó el encuentro tocado como consecuencia de unas molestias en la rodilla.

El conjunto de Chus Mateo llevó siempre la iniciativa en el partido y en el juego, aunque como ha sido habitual en lo que va de Liga, dejó el resultado abierto en todo momento y no supo mantener las ventajas que construyó con rachas de buen baloncesto. A 1.53 para que sonara la bocina, el marcador era de 71-73. El apagón no hizo efecto negativo en los aragoneses, que se llevaron el triunfo en un esprint maravilloso y jugado con frialdad.

Nada más comenzar el choque, como sucedió al final, el partido tuvo que interrumpirse a los 47 segundos por un problema con el marcador. En ese instante, el CAI vencía por 0-2 tras un mate de Vitor Faverani, que fue la gran novedad en el cinco inicial de Chus Mateo. El pívot brasileño, que terminó con dobles figuras ante el Tarragona (14 puntos y 12 rebotes) y cuyo rendimiento había sido muy superior en casa que fuera en lo que va de Liga, ocupó el lugar de Jo Jo García. Desde ese instante, el encuentro fue muy vivo y los ataques superaron a las defensas.

El CAI cogió el mando y no lo soltó. Poco a poco, y a base de un gran acierto en el tiro, construyó las primeras ventajas (8-13 en el minuto 5 o 15-20 a 2.43 para el final del primer cuarto). El gran estirón visitante se produjo en el segundo parcial.

LESIÓN DE VICTORIANO El equipo que prepara Chus Mateo se escapó hasta por 10 puntos de diferencia (25-35) gracias a la combinación perfecta en este deporte: una gran defensa y efectividad ofensiva, sobre todo desde la línea de tres. Sin embargo, en los instantes previos al descanso, el CAI fue víctima de una pájara importante. El Hospitalet, apoyado en el trabajo de Lampropoulos, consiguió un parcial de 15-3 que dejó el encuentro abierto para la segunda parte (40-42, al descanso).

De la mano de un extraordinario Angulo, autor de 22 puntos, y de un enorme Onyekwe (15 puntos y 35 de valoración), el CAI se trajo para casa la tercera victoria y ahuyenta, poco a poco y a base de resultados, las dudas que su dubitativo comienzo generaron. El próximo viernes recibirá al Gijón, que marcha segundo con las mismas victorias que el León, que es el líder.