El Madrid cerró la primera fase con un empate (2-2) ante el colista del grupo. Sin nada en juego, salvo los 320.000 euros destinados al vencedor, los blancos se dedicaron a deambular por el campo. Sin tensión alguna, el equipo de Capello, plagado de canteranos, quedó a merced del Dinamo, que se adelantó con dos tantos de Shatskikh. Ronaldo arregló el desaguisado al final con dos goles en tres minutos.

El Madrid permitió que los delanteros ucranianos jugaran un partido muy cómodo. Todo lo contrario que su rival, para quien el choque era un marrón. Hasta los tres chavales del filial parecieron contagiarse del pasotismo general. A Torres se le vio nervioso en el centro de la zaga. De la Red comenzó bien, pero se fue apagando, y Nieto fue el más entonado por la banda derecha.

Un error de Mejía propició el primer tanto del Dinamo. Marcovic puso el balón desde la derecha y Shatskikh le robó la cartera para empalmar con la izquierda (m. 13). El tanto dejó aún más frío al Madrid en el que primaba la falta de concentración. La tuvo el italiano Cassano en un disparo solo ante el portero, que desvió el meta.

Todo lo contrario sucedía en el otro lado. El equipo ucraniano había encontrado un chollo en la defensa blanca. Y lo explotó. Una combinación entre Milevskiy y Mikhalik terminó en una mano a mano entre Shatskikh y Diego López. El meta rechazó el disparo del delantero, pero no pudo impedir que marcara con la rodilla (m. 27).

El Madrid intentó mejorar en la segunda mitad. Beckham lanzó al palo (m. 52), pero fue Ronaldo el que descongeló al Madrid. Un saque de esquina lanzado por Beckham lo cabeceó Javi García y el brasileño marcó con la izquierda (m. 86). Dos minutos después, un derribo del brasileño acabó en penalti, que él mismo transformó (m. 88).