Un gol de Van Nistelrooy al comienzo de la segunda mitad dio la victoria al Real Madrid (0-1) en el Estadio Olímpico, donde hacía dos años que no ganaba, y acabó con la buena racha del Espanyol, que se había mantenido invicto durante diez jornadas. El conjunto madridista volvió a jugar un partido gris, pero una vez más hizo gala de su oficio para adelantarse en el marcador y defender un resultado que peligró tras la expulsión de Cannavaro en el minuto 53 de partido.

El Espanyol empezó más conectado al encuentro, mejor colocado en el terreno de juego y con una velocidad más que su rival, pero también con un plus de precipitación que le perjudicó a la hora de generar peligro sobre la portería de Casillas.

Pasado el cuarto de hora, los de Capello adelantaron algo sus líneas. Guti empezó a aparecer tímidamente y el Madrid abrió el campo con Reyes y Robinho con el propósito de jugar, durante el mayor tiempo posible, en terreno enemigo. Sin embargo, el conjunto madridista apenas inquietó la portería de Kameni.

TANTO RÁPIDO Tras la reanudación, el partido despertó de su atonía en tan solo cinco minutos, lo que tardó Van Nistelrooy en controlar una asistencia de Guti dentro del área y batir a Kameni a la media vuelta (0-1). El propio Guti pudo hacer el segundo poco después, pero Kameni puso la manopla izquierda para enviar el balón a córner. El Espanyol, que hasta entonces había puesto más ganas, aunque idéntico fútbol que su rival, empezaba a estar contra las cuerdas.

Pero el guión del encuentro cambió en la jugada siguiente, cuando Cannavaro vio su segunda cartulina amarilla en cinco minutos por cortar con la mano -así lo vio el árbitro- un contragolpe blanquiazul. Quedaban 36 minutos y el Real Madrid perdía al líder de su zaga. Capello sacrificó a Robinho y sacó a Mejía para dar consistencia a la primera línea de cuatro. Valverde, en cambio, apostó por la velocidad de Corominas y el olfato de gol de Pandiani, un especialista en rescatar al Espanyol con sus tantos milagrosos en el tiempo añadido.

El Rifle pudo marcar en un remate que rechazó Casillas, Torrejón en un cabezazo que salió alto y Luis García en un tiro con la zurda. Fueron los mejores minutos del Espanyol, que empezó a creerse que, en superioridad numérica, podía llevarse el partido, y los peores del Real Madrid, pertrechado atrás.

Con el Espanyol volcado sobre la meta rival, Capello renunció al ataque, tras quitar a Van Nistelrooy, con problemas musculares, y poner a Raúl Bravo, y el Espanyol lo intentó con todo.

Balones colgados al área, varios saques de esquina forzados, un inocente cabezazo de Tamudo y un disparo alto de Coro. Pero no hubo tiempo para más. El Madrid, al más puro estilo Capello, se llevó tres puntos de oro y los de Valverde pusieron fin a su racha liguera.