Las puertas del Príncipe Felipe tienen las bisagras bien engrasadas. Sebastian Maio será la inminente y enésima víctima que rebase su afilado dintel y se alejará hacia un campo de olvidados que el CAI siembra con mimo desde su nacimiento. El despido del belga, cantado por su bajo rendimiento, peor al que echó a la cuneta a Sartorelli, su antecesor, será seguido por el fichaje de un base de garantías y de otras variaciones en el equipo para enmendar su rumbo y denunciar la deficiente construcción de la plantilla. Se avecinan cambios. El CAI sacará el talonario y se sumergirá en el mercado. Ya no es noticia. "Igual es cierto que hay que fichar más, pero no creo que hay que desmontar la estructura del equipo, no sería bueno cambiar las bases. Tenemos que mantener una línea", adelantó Mateo en rueda de prensa.

El club no quiso hacer oficial ayer la marcha de Maio, que jugó sus últimos cinco minutos en el CAI Zaragoza y fue rebasado en la rotación por Quino Colom, como quería la grada. Tampoco se dio a conocer la más que segura continuidad de Ondrej Starosta, el otro jugador contratado con una cláusula de corte efectiva mañana. "Prefiero decírselo a ellos primero porque todavía no lo saben y creo que actuar así es lo más correcto", afirmó ayer Mateo.

La situación de Onyekwe

El gigante checo, a bandazos, ha demostrado la utilidad de sus 216 centímetros de baloncesto sobrio. Si quedaban dudas, ayer las diluyó (19 puntos y 10 rebotes). "Es un muy buen jugador que ya ha demostrado su valía en equipos de otro nivel, en Euroliga, en la Primera División francesa. Lo bueno es que se adapte a una Liga diferente, bastante distinta como la LEB. Ha dado un paso adelante", vaticinó Mateo. El efecto colateral de esta decisión será la sobrepoblación en el puesto de cinco, con cuatro jugadores en nómina. La situación de Jo Jo García, baja con una hernia discal, es la más débil y es el que más números tiene para salir del club.

En el punto de mira, en el que puso Chápuli tras la derrota en Inca, sigue Onyekwe. El rendimiento del nigeriano es insuficiente para su rol protagonista. Ayer, en un acto claro de desconfianza, Mateo le mandó al banco un minuto después de haber salido y apostó por Maraker, horrible ayer en el tiro (1/11). "Está peleando por meterse. Sus números no son por el momento los que esperábamos. Tampoco han sido los de otros compañeros", declaró Mateo.