Defensa y velocidad. El santo y seña del CAI Aragón, la filosofía de Kosovac, se materializó anoche en el Príncipe Felipe en uno de los partidos más plácidos que se recuerdan en el coliseo zaragozano. Advertidos del peligro del Naturhouse, el CAI no dio opción a su rival, sentenció nada más comenzar y ni siquiera atravesó uno de sus clásicos bajones, recreándose en un juego preciosista durante los últimos minutos. Con Stian Vatne convertido en un valladar en el centro de la defensa, el protagonismo volvió a recaer en los extremos. Borges, Cartón y Sorli leyeron perfectamente el partido y, cada vez que un compañero robaba un balón, eran los primeros en presentarse ante el portero rival. Doce veces lanzó un contraataque el CAI Aragón y los doce acabaron en gol. Se impuso la ley del más rápido.

El tanto de Oneto en el primer minuto que daba ventaja al Naturhouse fue un espejismo. En realidad, lo fue todo el partido, porque no hubo tal. En cinco minutos, Borges y Arrhenius remataron tres contras y, en nueve, la diferencia era ya insalvable (7-1). El equipo riojano llegaba con lo justo, con tres jugadores importantes en la grada (Alonso, Guardiola y Pérez Marne) y con una única primera línea para todo el partido. Durante el primer cuarto de hora, los goles riojanos llegaron desde los seis metros y solo Fis hacía algo de daño a la defensa naranja. Los pupilos de Jota González se vieron superados en todo momento. El técnico probó a jugar con dos pivotes, intentó una defensa 4-2, pero no había manera de detener al CAI.

VÍCTOR, DESCARTADO Con el partido prácticamente resuelto al descanso (18-13), en la segunda parte entraron Alfredo Sorrentino --Krivokapic jugó casi todo el primer tiempo después de no haber aparecido ante el Barcelona y de haber tenido una presencia testimonial en Ciudad Real-- y Beno Lapajne. El guardameta esloveno ofreció un recital de paradas: un total de 14, incluido un siete metros. Buena noticia para el CAI. Doder se quedó en el banquillo y Zaky disfrutó de varios minutos como central. Por segundo partido consecutivo, Veroljub Kosovac dejó en la grada a Víctor Álvarez, que no está en un buen momento de forma pero que necesita volver a encontrarse a sí mismo en la pista cuanto antes.

Un parcial de 5-0 en cinco minutos liquidó cualquier atisbo de duda sobre el signo del partido (24-16, min. 39) y el CAI Aragón empezó a gustarse. En defensa, nadie bajó los brazos. Stian Vatne demostró que está en estado de gracia, Arrhenius sigue intratable en ambas áreas, Krivokapic dispuso de unos valiosos minutos para su adaptación al equipo y la aportación de Prendes continúa creciendo con el paso de las jornadas. Las piezas de la 6-0 empiezan a estar acopladas y bien engrasadas para convertirse en la base de los éxitos de este equipo.

En ataque, el equipo naranja puso una velocidad más que su rival para ganarle la espalda una y otra vez. Antonio Cartón acabó especialmente inspirado, con pases por la espalda, goles inverosímiles y un sexto sentido para anticiparse a los rivales y robarles el balón. Y no solo corrieron los extremos. Los pivotes también marcaron en contraataques. La noche salió perfecta y el CAI Aragón sumó los dos puntos en juego. No hay tiempo para disfrutarlos. El sábado espera el Teucro en otra tarde de victoria obligada.