El entrenador del Real Zaragoza, Víctor Fernández, indicó hoy con respecto a la apertura de sendos expedientes por parte del club a Andrés D'Alessandro y a Juan Francisco García "Juanfran" que el se quiera salir de las normas ya sabe a qué se atiene.

El primero ha protagonizado enfrentamientos con su compañero Pablo Aimar, la pasada semana, y con el técnico, la actual, mientras que Juanfran ha sido expedientado por unas declaraciones que realizó tras el encuentro contra el Atlético de Madrid.

Para aclarar estas cuestiones el técnico maño compareció hoy en una rueda de prensa en la que explicó que las dos semanas precedentes habían sido complicadas por todo lo que había ocurrido.

El preparador zaragocista señaló que los incidentes se habían producido como consecuencia de una situación deportiva no ideal, complicada, que no se esperaba y que ha provocado una serie de reacciones en la plantilla que no habían sabido controlar ni manejar.

Víctor Fernández declaró que se había dado una sensación a los aficionados de "desgobierno, de mal rollo y de descontrol"."Estos hechos me han obligado a intervenir como entrenador. Ha habido una serie de faltas de respeto al grupo y he tenido que actuar como un entrenador, directo y tajante

", añadió.

Víctor Fernández indicó que la salud y la convivencia de un grupo pasan "por el respeto y la justicia" y que había entendido que esa falta de respeto necesitaba una intervención "inmediata" por su parte, que era lo que había hecho, pero que eso no era suficiente.

"Entiendo que hay una disciplina que se marca desde dentro del grupo, que la maneja el entrenador, y hay otra que marca la institución. Mi actuación, necesariamente, debía ir acompañada de otra por parte del club, actuación que agradezco que se haya producido porque si no mi presencia al frente del Real Zaragoza no tendría ningún tipo de sentido, por eso agradezco su aportación", resaltó.

Igualmente comentó que el club había intervenido con rigor, con valentía y con absoluta profesionalidad y que eso era fundamental para marcar unas pautas que eran necesarias para que el Real Zaragoza fuera un club cada día más grande.

Sobre la relación entre Aimar y D'Alessandro dijo que como entrenador le interesa que más allá de las relaciones personales exista una relación profesional, que ningún problema personal se pueda llegar a trasladar al campo o altere el orden y la convivencia del grupo.

"Eso es lo que no puedo permitir como entrenador, pero tampoco puedo obligar a nadie que sea amigo de otro", dijo.

El técnico reiteró que no va a permitir que nada altere el respeto al grupo: "absolutamente nada, voy a ser inflexible total y el club también se ha dado cuenta de que tiene que marcar unas pautas para ser un club grande, firme y que sepa hacia adonde va, eso el fundamental".

También dijo que "absolutamente todas" las decisiones que había tomado en el Zaragoza, y que llevaba más de 500 partidos en el club, se habían basado en buscar ese sentido de justicia, además de que todas habían tenido un componente técnico-táctico porque no iba a tirar piedras contra su propio tejado.

Sobre la sanción que puede recaer sobre los jugadores expedientados comentó que el Zaragoza tiene un reglamento de orden interno, que lo iba a aplicar y que simplemente era cuestión de tipificar qué tipo de falta se había producido y el castigo que llevaba consigo.

"El club va a ser tajante en el costo de la sanción y lo que va a suponer la reincidencia, que es más importante", destacó.

Finalmente el técnico mando un mensaje de optimismo ya que señaló que tiene una "absoluta confianza" en el equipo del que dijo que conocía su calidad y que sabía que iba a salir adelante además de que la situación que vive no es de las que pueden llevar al hundimiento.

"Hay que saberla gestionar muy bien y con mucho cuidado, pero que tenemos la garantía de que contamos con un equipo fuerte, bueno, que tiene que rendir y comprometido", terminó.