La primera parte tuvo un color netamente zaragocista, aunque su insistente dominio no se tradujo en grandes ocasiones de gol, demostrando tener muy poca pegada en la zona de ataque. El Jacetano se limitó a defenderse y apenas cruzó la línea del centro del campo.

En la reanudación, cambió totalmente la situación con un Jacetano que plantó cara al filial. Llegó el gol de Tomi y pareció que era la sentencia, ya que los visitantes no tuvieron capacidad de reacción. En el minuto 89, un piscinazo de Miki dentro del área lo convirtio el árbitro de forma increíble en penalti, transformando Romero la pena máxima. Al final, un injusto reparto de puntos ya que los locales hubieran ganado el encuentro de no ser por el manifiesto error arbitral.