Mariano Ortega está acostumbrado al éxito. Suma 123 internacionalidades y una interesante colección de títulos fruto de su paso por alguno de los equipos más importantes del balonmano español de la última década. Desde el verano del 2005, el CAI Aragón tiene la fortuna de contar con él, de disfrutar de su profesionalidad, de beneficiarse de su visión de juego y de su interminable experiencia. Con 36 años, ha vuelto a una convocatoria de Juan Carlos Pastor y se le han abierto de par en par las puertas de un nuevo Europeo y, quizá, de los Juegos Olímpicos. "Cuando al equipo le van bien las cosas siempre hay más posibilidades de ir a la selección", asume el lateral derecho, sin preocuparse por si Pastor vuelve a llamarle o no. "No me considero un fijo de la selección porque nunca lo he sido", asegura uno de los artífices del título mundial del 2005.

La escasez de zurdos en el panorama nacional le ha devuelto a la selección. Durante la semana pasada estuvo en Galicia trabajando, recordando, los sistemas de Pastor que culminaron en dos encuentros amistosos contra Portugal, ambos saldados con victoria. "Hay que tener en cuenta que utilizamos los partidos para poner en práctica lo que habíamos ensayado durante la semana", explica Ortega ante las dudas que suscitó el juego de España. "Nos costó ajustar la defensa 6-0", asegura el catalán, que se repartió los minutos con Belaustegui.

La terna para el lateral derecho la componen Mateo Garralda (Ademar), Ion Belaustegui (Naturhouse) y el propio Ortega, pero Pastor maneja otras alternativas: mover al extremo Rocas al lateral o contar con tres laterales y que uno pueda desplazarse hasta la esquina. "El resto de puestos están más definidos, pero en ambos laterales hay más posibilidades. En el derecho, por ejemplo, al Europeo de Suiza fuimos tres laterales y un extremo, mientras que en el Mundial de Alemania hubo dos laterales y dos extremos", recuerda el zurdo del CAI Aragón, que incluso ensayó como avanzado durante la concentración gallega.

Mariano Ortega vive en presente. Esta semana ha vuelto a entrenarse a las órdenes de Veroljub Kosovac y en su calendario solo aparece el encuentro del próximo sábado. "Quizá sea por la experiencia, pero no pienso más allá del próximo partido. No me planteo ir a la selección, solo hacerlo bien contra el Arrate", dice el lateral. Esta temporada ha cambiado su situación en el CAI. La llegada de Ivan Stankovic le dará descanso después de que la pasada campaña tuviera que disputar prácticamente todos los minutos de competición. "No creo que se haya modificado mi rol en el equipo, la única diferencia es que jugaré menos minutos", anuncia Ortega.

Este año ocupará otro banquillo, el de la selección aragonesa cadete. "Ya hemos hecho algunos entrenamientos y hay un grupo muy bueno", advierte Ortega, que tiene experiencia como técnico al haber dirigido a equipos de base en los clubs donde ha estado. "Seré entrenador seguro, pero no sé si podré ganarme la vida con eso. No sé si podré hacerlo bien", concluye uno de los mejores asistentes de la Liga. Eso ocurrirá en el futuro. Porque será él quien ponga punto y final a su carrera deportiva. Cuando quiera.