Con la lección bien aprendida de los últimos encuentros, el CAI Aragón ofreció ante el Antequera su mejor cara de la temporada por regular y continua durante los 60 minutos, logrando su victoria más plácida de la primera vuelta. Un triunfo que le deja séptimo, en la Copa del Rey que se jugará en Granollers en marzo, y empatado con el sexto, un Granollers que ha sorprendido en estos primeros meses como lo hizo el CAI hace un año. El primer objetivo de la temporada está cumplido. El éxito de ayer se fraguó atrás, en una defensa intensa y activa como pocas veces clausurada por un Ploquin brillante y se completó a la contra y con un buen trabajo para crear espacios a la primera línea, que llevó el peso anotador del CAI.

El guardameta francés evidenció desde el inicio que la de ayer era su tarde, ganándose el aplauso de la grada con paradas de gran mérito y, sobre todo, importantes como lanzadera para los latigazos de Borges a la contra. Sus compañeros contribuyeron con una defensa inteligente que frenó la circulación del balón por la primera línea antequerana saliendo continuamente a tocar a los lanzadores. En ataque, Zaky y Borges inclinaron la pista hacia la izquierda, acaparando todos los goles durante el primer cuarto de hora, mientras al balón le costaba algo más llegar hasta la derecha.

El CAI empezó a abrir brecha con cierta tranquilidad y solo cuando se quedó con cuatro jugadores a poco del descanso vio de cerca al Antequera. Prendes y Zaky fueron excluidos en el minuto 28 (15-8) y el equipo de Antonio Carlos Ortega logró su mejor parcial, un 0-4 que parecía devolverle al partido. Pero el descanso debió frenar a los andaluces que, tras la reanudación, ya no volvieron a dar síntomas de reacción. Jorge Martínez retrasó lo inevitable con numerosas paradas durante los primeros minutos, pero la respuesta de Ploquin en el otro lado era inmediata. La contundencia en defensa volvió a marcar el camino del CAI.

Así, la diferencia naranja aumentó hasta alcanzar unas cotas de tranquilidad casi olvidadas en el Príncipe Felipe. Mediado el segundo tiempo ya no existía ningún temor por el resultado, pero el CAI no se relajó ni por un instante y completó su trabajo hasta el último minuto. Cuando no era una contra, volaba Stankovic o se colaba Doder hasta la cocina para solventar el ataque. El susto lo dio Adrián Sifre cuando, al frenar una contra de Pérez Canca en el minuto 43, pisó mal y se dañó el talón, por lo que ya no pudo jugar.

El Antequera manejó varias opciones pero no halló ninguna solución definitiva. Extremos, pivotes y primeras líneas aportaban con cuentagotas sin que nadie supusiera un especial quebradero de cabeza. Solo Jorge Martínez sostuvo a su equipo y evitó una diferencia todavía mayor. Con todo resuelto, a Veroljub Kosovac le dio tiempo de probar a Robert Arrhenius como central durante unos minutos. El técnico explicó que buscaba un jugador de peso para poder realizar pantallas con el pivote que favorecieran a la primera línea. Víctor Álvarez, central natural, vivió todo el encuentro cómodamente sentado en el banquillo.

Quien evidenció que su calidad y su estado de forma es óptimo fue Carlos Prendes, generoso en el trabajo sin balón y prácticamente imparable con él. García Cuesta, seleccionador interino, lo tuvo en la recámara hace un mes y medio pese a acabar de salir de una lesión. Valero Rivera ha elegido a Garabaya, Prieto, Andreu y Val. De momento, el CAI Aragón no tiene representante en la selección española.