La historia del CAI Zaragoza está repleta de episodios como el de ayer. Partidos angustiosos, medio perdidos, en los que se pasa de la zozobra al alivio, de la desesperación a la euforia en un abrir y cerrar de ojos. A tres minutos para la conclusión, el equipo de Abós tenía la soga al cuello (58-68) y estaba a punto de desperdiciar la inercia favorable generada por la contundente victoria en Menorca. 180 segundos después, los malos augurios habían desaparecido como por arte de magia. En un esprint final brillante, medidamente alocado, en el característico toque a rebato del Príncipe Felipe, el CAI se revolvió como un animal herido hasta forzar la prórroga ante La Laguna, un señor equipo (72-72).

A esa estación intermedia llegó empujado por la resurrección de Paolo Quinteros, que no anotó ni un punto en Mahón el pasado miércoles y que se pasó sin ver aro hasta el minuto 33. La fiera se despertó justo en ese instante y convirtió toda su ira en puntos: hizo trece en los últimos siete minutos, con un tino espléndido en los tiros libres y desde la media distancia. En el tiempo suplementario, Paolo se echó la responsabilidad a la espalda y dirigió el triunfo del CAI. Terminó con 23 puntos (10 en la prórroga) y 28 de valoración, cuando en el minuto 10 llevaba -6.

Para que el CAI tuviera opción de ganar, José Luis Abós jugó a tener la última posesión. Con 18 segundos para llegar al minuto 40 y 70-70 en el marcador, mandó a la pista a Robles a forzar dos faltas consecutivas para que el Ciudad de La Laguna lanzara tiros libres. Fue Ricardo Guillén el que lo hizo y no falló (70-72). La bola de partido era del CAI. Todo acabó en una falta a Quinteros, que transformó en el empate final con una serenidad propia de un jugador de su categoría.

En la prórroga, bendita prórroga, porque fue la tercera que el CAI salva con éxito en casa, Quinteros mantuvo el pulso firme en los tiros libres y sostuvo a su equipo invicto en Zaragoza. Sucedió jugando con cuatro pequeños y por el camino, herido, quedó un rival magnífico, que jugó a un excelente nivel buscando con clarividencia buenas posiciones de tiro exterior (39% de tres).