Había de todo. Padres, madres, esposas, novias, managers, alrededor de Fernando Alonso (Ferrari), Pedro Martínez de la Rosa (Sauber BMW) y Jaime Alguersuari (Toro Rosso) había de todo. Mucha familiaridad, pero sobre todo había mucho trabajo porque, entre otras razones, estas en el último fin de semana para estudiar los nuevos monoplazas de F-1.

El bicampeón más joven, el veterano más marchoso y el líder de la generación del nuevo siglo trabajaron ayer, ante 15.000 aficionados. Nadie buscó el crono. Es más, hay quien especula que el bólido de Alonso no sufrió cuando se paró y tuvo que ser remolcado, ni fallo eléctrico alguno ni, por supuesto, rotura de motor. Quien eso defiende dice que Ferrari quería saber cuantos kilómetros puede hacer el F10 con los depósitos llenos. Es decir, puede que Alonso se quedase sin gasolina. No más.

El aficionado espera disfrutar este fin de semana de lo que ha llegado a calificarse como gran premio cero. De ahí que les pareciera ya como un aviso que el soberbio RB6 de Mark Webber lograra el mejor tiempo de la jornada. Tiempo que alguno temió que no fuese auténtico. "Bueno, el crono, sí, la manera de conseguirlo. Si lo han hecho a tope, con los depósitos llenos, es decir, arrastrando 150 kilos, entonces habrá que reconocer que es un gran crono, pero...." Quien duda no es otro que Norbert Haug, el patrón del nuevo equipo Mercedes.

Por cierto, dicen que Haug y Ross Brawn, su socio, están escondiendo hasta el debut en Bahrein (14 de marzo) su nuevo difusor. Los hay que creen que esa no es buena táctica. "Nosotros enseñaremos nuestras cartas mañana (por hoy)", dijo De la Rosa. "Hay que prepararse de verdad para Bahrein, uno no puede ir escondiéndose todo el día". Un día que, según Alonso, no fue en perfecto, "pero sí muy provechoso". De eso se trata, de saber de qué rueda cojea el monoplaza. El semáforo está a punto de apagarse.