La 38ª jornada de Liga.

Epílogo popular

El Zaragoza despide el curso en un duelo intrascendente con la gestión de Agapito en el punto de mira.

Para bien de la salud de muchos el Zaragoza arriba al epílogo liguero ante el Villarreal de Cani con los deberes hechos tras una temporada convulsa y agitada, donde se miró de frente al abismo que suponía el descenso a Segunda. Un regate, en forma de extraordinaria segunda vuelta del barco conducido por Gay y Nayim, evitó ese descalabro, pero sobre este equipo, sobre el club, pesa desde mayo del 2006 la gestión de Agapito Iglesias. El accionista mayoritario hace tiempo que perdió el norte a la hora de dirigir una entidad que camina hacia el cadalso y la ruina económica y que, en lo estrictamente deportivo, ha vivido un año agónico y desquiciante que afortunadamente se cierra con la continuidad en la elite.

El empresario soriano, otra vez eufórico tras el gran logro de la salvación, ha pospuesto a la próxima semana el anuncio de sus cambios y ha intentado que el partido de hoy no se convierta en un reproche mayoritario hacia su caótico modelo de club. Ha pedido que la afición disfrute del encuentro y de la permanencia. La grada, en todo caso, sabe qué tiene que hacer, es soberana y, sobre todo, posee memoria después de un año mal planificado desde la dirección deportiva que obligó a siete fichajes en enero para que el equipo no cayera en el pozo.

SEMANA INTRANQUILA El partido tiene aire a plebiscito y Agapito ya escuchó la voz de la afición cuando destituyó a Marcelino. Ahora, las circunstancias son otras, pero la gestión del club sigue instalada en las incertidumbres. Además, la semana posterior a la confirmación de la salvación no ha sido tranquila, con el lío de la discoteca Antique y, sobre todo, con las declaraciones de Poschner confirmando los conflictos en el club como paso previo a una salida del director general que parece segura. Salvo que la historia cambie mucho, que con Agapito todo es posible...

En esa potestad que tiene la afición para elegir a sus héroes y villanos parece evidente que los únicos con el papel más que definido son Gay y Nayim. Llegaron para hacer un trabajo y han cumplido con creces. Por eso, no se entiende que todavía no puedan asegurar su continuidad, la de ambos, porque así vinculó Nayim la suya a la del primer entrenador, si bien su intuición y la que circula en los despachos es que van a seguir salvo que el impredecible espíritu de Agapito se cruce de por medio y cambie de idea.

La tercera pata de ese juicio son los futbolistas. La primera parte del curso exige un reproche unánime y la segunda, siete fichajes mediante, el aplauso, porque el equipo ha firmado 26 puntos y ha sellado una salvación casi impensable en el ecuador. En todo caso, sería de agradecer que hoy, una vez consumada la tranquilidad de la permanencia, se vea un mejor fútbol, lo que también les ayudara a tener un veredicto favorable a ojos de la grada.

El Villarreal llega a La Romareda más exigido. Necesita sumar y que el Getafe pinche ante el Atlético para acabar sexto y no depender de la final de la Copa para que se abra una plaza más de la Europa League. El Zaragoza, sin embargo, ya ha hecho la maleta y tiene preparada la toalla, pero falta el veredicto.

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