REPORTAJE.

Las raíces de Maristas

Luis Pedrero lleva 60 años vinculado con el colegio de Maristas Jugó en el Ademar de Primera y ahora colabora en las 24 Horas de Balonmano en el comedor.

Las raíces de Maristas

Las raíces de Maristas

Las 24 Horas de Balonmano llegaban a su fin. El bar, con sus cañas frías y sus ricas tapas, era el centro de atención de Maristas. En el pabellón se celebraba el último partido entre los juveniles del CAI Aragón y Maristas. Fuera aguantaban un calor asfixiante los alevines de Casablanca y Miraflores.

Luis Pedrero, el patriarca de Maristas, estaba a la fresca en el comedor. Dirigía las operaciones de un grupo de ocho colaboradores que iban dando un refrigerio a los chavales que llegaban cansados tras jugar sus partidos. "Tengo que reconocer que las chicas trabajan mejor que los chicos", indica Pedrero. Yolanda, Elena, Ramiro y el propio Pedrero regalaban una camiseta a los participantes.

Pedrero ha vivido las 34 ediciones de esta fiesta del deporte zaragozano. Primero en el antiguo colegio en el centro de Zaragoza y después en el barrio del Actur. "En la única edición que no estuve fue en la primera. Me habían operado del pulmón", dice Pedrero, que por aquel entonces tenía 37 años.

Recuerda las cuatro primeras ediciones que se hicieron en la pista antigua de San Vicente de Paúl. "En la primera participaron 600 jugadores. Allí los partidos duraban un cuarto de hora, puesto que sólo teníamos una pista". Ahora se disputan partidos en seis canchas a la vez.

Pedrero repasa la historia del balonmano aragonés a través del colegio de Maristas. "Ahora hay algo más de calidad. Pero la entrega era muy superior a la de ahora. Con Ademar jugábamos al aire libre. Cuando nevaba, hacíamos un camino para correr alrededor de la pista, que estaba cubierta por la nieve", recuerda.

Lleva 60 años vinculado a Maristas, primero como estudiante y más tarde trabajando en la secretaría. Formó parte del Ademar, que estuvo en la máxima categoría cinco años. "Jugaba de extremo y decían que era duro". Hace dos años dejó la junta directiva de Alberto Arruga y Juan Manuel Giménez cogió la batuta en la presidencia de la escuela.

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