Como estaba previsto, el Real Zaragoza no tuvo problemas para golear ayer al Navaleno (0-14), pero además lo hizo ofreciendo un buen juego de conjunto y momentos de bastante intensidad. El conjunto zaragocista consiguió siete tantos en cada periodo del encuentro y lograron tres goles cada uno Braulio y Uche, ambos en la primera parte. El juvenil Jorge Ortí entró en el minuto 61 y todavía tuvo tiempo para anotar dos dianas. Ortí y el resto de jugadores del filial intervinieron en el partido (Edu García, Kevin Lacruz y José), también los porteros (Alcolea y Unai) que no tuvieron trabajo, aunque dejaron buenas sensaciones.
En la primera parte, con el Navaleno jugando con la defensa adelantada, todo un suicidio ante un rival tan superior como el que tenía enfrente, el Zaragoza fue un vendaval ofensivamente. Hizo siete goles, pero tuvo ocasiones para marcar cuatro o cinco más. El portero Oteo detuvo incluso un penalti a Braulio en el minuto 27. En este periodo, José Aurelio Gay probó con Jorge López formando el doble pivote de la zona medular con Gabi y el riojano realizó una buena labor en ese puesto. Arriba se movieron muy bien Uche y Braulio, así como Lafita, colocado en la banda izquierda, dentro del sistema de juego 1-4-4-2 utilizado por Gay.
Tras el descanso, José Aurelio Gay introdujo varios cambios en el equipo y apostó por un sistema 1-4-4-1-1, con Ander Herrera como media punta por detrás del colombiano Marco Pérez. El Navaleno se echó más atrás para tratar de no verse tan superado en defensa como en la primera parte y el Real Zaragoza tuvo más problemas para llegar con peligro a la portería rival. Sin embargo, en la recta final del encuentro los zaragocistas tuvieron una fase de mucho acierto en ataque, con cuatro tantos del minuto 82 al 86, y acabaron cerrando la goleada final con otras siete dianas.
Marco Pérez, recién llegado a la disciplina blanquilla, entró en el equipo tras el descanso del encuentro y fue el autor de un gol. El delantero colombiano puso más ganas que acierto en sus intervenciones y se le vio como un jugador más físico que técnico, pero es muy pronto para juzgarle. El meta Toni Doblas casi no tuvo que intervenir.