María José Poves nunca olvidará su undécimo puesto en los 20 kilómetros marcha del Campeonato de Europa de Barcelona. La atleta del Simply Scorpio ha logrado actuaciones brillantes en la Copa del Mundo, la Copa de Europa, los Mundiales, los Europeos y los Juegos, pero nada se le parece a lo que sucedió la mañana de ayer en el Parque de la Ciudadela. "Esta competición tiene una valor sentimental muy grande", explicaba emocionada tras pasar la meta.

La zaragozana comenzó el año embalada con su tercer título nacional en ruta y el décimo puesto en la Copa del Mundo celebrada en Chihuahua. Pero después llegaron las lesiones. Un problema en el isquiotibial de la pierna derecha convirtió la preparación del Europeo para la aragonesa en un calvario. Y después llegó el fallecimiento de su padre el domingo pasado. "He tenido mucha tensión pensando que el 28 de julio no podría estar en la linea de salida. Ha sido la duda hasta el último día", explicaba.

Pero las dudas sobre la participación desaparecieron en la cabeza de Poves. Tenía claro que la fuerza en la competición se la iba a proporcinonar Celestino, su padre, desde arriba. "Tenía que seguir luchando hasta el final y mi padre me ha dado fuerzas para llegar a meta", apuntaba tras llegar a meta en 1.34.19.

LA FAMILIA Poves estuvo arropada en el circuito por sus personas más queridas. Desde Ángeles, su madre; María Ángeles, su hermana; sus amigas Miriam y Sara... "Y muchísima gente de Zaragoza ha estado en el circuito arropándonos", explicó.

La prueba empezó lenta. Pero en el kilómetro 4 se fue como una exhalación la favorita, la rusa Kaniskina. A su rebufo salió su compatriota Kirdyapina. Pascual y Vasco lucharon con un grupo de media docena de atletas por el bronce y en un segundo vagón marchaba Poves. "Tenía miedo que se reprodujera mi lesión. Salí conservadora, poco a poco me fui creciendo, se me fueron los miedos. Cada minuto tenía la cara de mi padre delante", recordaba Poves, que en el segundo 5.000 se quedó en tierra de nadie.

En condiciones normales, Poves podría haber estado con sus compañeras de equipo. "A principio de temporada podría haber luchado por algo más. Pero vistas las circunstancias, es una posición excepcional", dice Poves. La temperatura era muy elevada al comienzo de la prueba a las ocho de la mañana. "Por eso han salido las rusas lentas. Nadie se ha querido arriesgar a comenzar rápido. Kaniskina siempre sale a tope y esta vez se ha aguantado unos kilómetros con el grupo", explica.

A Poves le respetó su cuerpo y no le mostó el isquio. Sin embargo, Vasco se tuvo que parar cuando luchaba por las medallas pasado el meridiano de la competición. Se rompió su isquiotibial derecho... "Da rabia puesto que estaba para luchar por las medallas. Es una pena y el deporte es muy duro. Lo que nos toca es caernos y volvernos a levantar", dice Poves. Al final, Pascual fue la primera española, quinta. Por delante, las rusas hicieron triplete. "Son unas máquinas y no dan tregua". Ahora llega la hora del descanso. "Me voy de vacaciones para que la cabeza se regenere. El año que viene más...".