No pudo ser. Los herederos de la La Roja se quedaron a mitad de camino. Después de una excelente primera mitad en la que se adelantaron gracias al tanto de Rodri, llegó el atasco. Francia cambió el guión. Presionó a España, le quitó el balón e impuso su físico y en ese duelo abierto los chavales no se mueven a su antojo. Dos contras del conjunto galo dieron la vuelta al marcador. Sunu empató tras el descanso y Lacazette hizo el tanto que daba el título a su equipo.

La mayoría de los futbolistas españoles --el zaragocista Ramiro Mayor fue suplente y no jugó-- se quitaba la medalla de plata que les ponía en el cuello Platini, presidente de la UEFA. Sabían que ese metal no les correspondía. Lo suyo era el oro y el quinto título en esta categoría, pero ni una cosa ni otra llegaron. Después de un recorrido inmaculado por el campeonato, España se dio de bruces con la derrota más cruel, la única en el torneo.

España salió al campo con las ideas muy claras. Tuvo el balón y lo tocó con criterio hasta manejar el choque como si se tratara de una selección muy curtida. Lo dormía cuando era preciso y lo activaba a su gusto. El azulgrana Thiago y Pacheco, jugador del Liverpool, daban lustre al centro del campo. A ello se unía el juego por la banda derecha, con Keko y Montoya abriendo el una vía de agua en la defensa rival.

Canales pudo abrir el marcador en un remate a media vuelta con la izquierda, pero el meta francés sacó el balón con los pies (m. 9). Era el primer aviso serio y la antesala del primer tanto, que llegó tras un pase medido de Pacheco que Rodri culminó con un disparo cruzado dentro del área (m. 18). El gol hacía justicia.

DESPLOME ESPAÑOL Sin embargo, a España le faltó algo primordial: matar el partido. No solo no fue así, sino que se vino abajo. Smerecki, el técnico galo, retocó su pizarra hasta dar con la tecla. Francia presionó a España, le quitó el balón e impuso su físico y su velocidad ante lo que comenzaba a ser el desplome de su rival.

El conjunto galo empató en una contra que culminó Sunu ante la salida de Álex. El gol elevó al máximo las prestaciones de los franceses. Bartra quiso imitar a Piqué y se fue de tres contrarios para ver cómo Diallo le impedía hacer el gol del torneo. Con el encuentro roto, España no encontró salida. Sí su rival, que resolvió el choque con otra contra que acabó en un centro de Kakuta y un cabezazo de Lacazette. Fue el epílogo a una noche negra, en la que La Rojita no pudo conseguir su sueño de imitar a los campeones del mundo.