Los reyes del 1.500. Después de un paréntesis inesperado en Berlín, donde la selección no colocó a ningún finalista en su prueba talismán, España recuperó ayer la hegemonía en la prueba del kilometro y medio con una gran actuación de su trío. Arturo Casado, que no tenía aún ninguna medalla en un gran campeonato al aire libre, fue el más decidido y, a lo José Manuel Abascal en los Juegos de Los Ángeles de 1984, estiró y estiró hasta entrar en solitario en la meta de Montjuïc; Manuel Olmedo, en su primera año en la distancia (proveniente del 800), esperó hasta el final para imponer su mayor velocidad pero le faltaron un par de metros para colgarse la plata, que fue a parar, por dos centésimas, al cuello del alemán Carsten Schlangen; y Reyes Estévez se clavó inoportunamente en los metros finales, donde fue superado por Schlangen y Olmedo.

En resumen, un oro, un bronce y un cuarto puesto que resituaron al equipo español en sus Europeos en casa, en la mejor jornada hasta el momento, seguida también por la mayor cantidad de público: 36.000 espectadores, una cifra de lujo.

QUINTA EN EL MEDALLERO Las dos medallas del 1.500, unida a la plata de Marta Domínguez en los 3.000 obstáculos, colocaron al equipo español en una situación más normalizada después de tres días de sequía. España es ahora quinta con tres medallas (una de cada metal) y con opciones de mejorar. En cuanto al 1.500, recobró todo su fulgor con un doble como el de las mejores épocas. Como el oro-plata de Cacho y Viciosa en los Europeos de Helsinki de 1994, o el oro-bronce de Estévez y Cacho en Budapest-98. Por no hablar de la plata-bronce

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