El partido ante el Barça tiene todas las connotaciones para ser especial, tanto por la entidad del rival como por la tremenda necesidad que acumula el Zaragoza, que es colista de la Liga y que solo lleva tres puntos de 21 posibles, y Gay está dándole esa consideración. Tanto es así que el técnico está meditando más que seriamente cambiar su esquema habitual para jugar con tres centrales y dos carrileros, además de tejer una tela de araña en la medular, donde estarían Gabi, Ponzio y Ander Herrera por delante. El entrenador ya ofreció pistas de esa idea el martes y el miércoles, pero sobre todo ayer, en la primera de las dos sesiones a puerta cerrada en La Romareda, donde hubo primero vídeo para limar la estrategia ante los blaugrana y después trabajo específico.

La opción de jugar con tres centrales apenas ha sido contemplada por Gay desde que arribó al Zaragoza en diciembre pasado, salvo en momentos muy esporádicos. Para el entrenador se trata de un plan especial para momentos especiales. Y la visita del Barcelona con un Zaragoza lleno de dudas, sobre todo atrás, y que necesita volver a cerrar su portería como primer paso para intentar la recuperación anímica y deportiva, lo es.

EL POSIBLE ONCE En esa línea de tres centrales para proteger la meta de Doblas, Jarosik, que regresa tras cumplir sanción, ejercería de libre y tendría a su lado a Contini y Lanzaro, dejando los carriles a Obradovic, que volvería al once tras estar en el banquillo en San Mamés, y Diogo. Ambos tendrían más libertad en ataque que habitualmente. Ponzio retornará a la medular para juntarse con Gabi y Ander jugaría por delante de ellos. Arriba, las dudas son mayores, pero lo más probable es que el equipo, con este sistema, lo completen Braulio (o Bertolo) y Sinama Pongolle.

El Zaragoza defendería con cinco (1-5-3-2) y con la medular poblada para intentar neutralizar el fútbol del Barça en el medio, aunque la baja de Xavi es un alivio en ese aspecto, ya que los azulgrana pierden capacidad con la pelota sin él, mientras que el otro objetivo es frenar bien las diagonales que hacen Messi, sobre todo, y Villa. A la hora de atacar el Zaragoza pasaría a emplear un 3-4-3, porque Diogo y Obradovic se incorporarían para abrir el campo. Los dos son laterales de largo recorrido y pueden desempeñar bien esa función.

Gay tiene todavía que decidir este paso de cambiar el dibujo, pero la posibilidad es más que seriamente contemplada por el técnico, que ayer contó en la sesión con los jugadores del filial Ramiro, Edu García, José y el meta Álex Sánchez. La duda es que quizá no es el momento más adecuado para cambiar el sistema. El equipo anda inseguro, sin mucha fe, y la confianza de la plantilla en el entrenador tampoco vive sus mejores días, como quedó demostrado tras el partido en San Mamés. El mensaje del técnico no tiene toda la fuerza y, si a eso se le añade que el equipo anda con el miedo en el cuerpo tras un comienzo nefasto, es evidente que el momento para tocar la pizarra no es el más adecuado.

Eso es lo que está calibrando Gay y lo que tiene que decidir, pero ahora mismo es más probable que se incline por dotar de mayor fortaleza atrás al equipo y jugar con tres centrales. Si no lo hiciera y recurriera a su 4-2-3-1 habitual sería Lanzaro el que se quedase fuera para que Bertolo ocupara la izquierda, Ander la mediapunta y, en principio, Braulio el carril derecho. Si bien ahí tendría alguna opción Jorge López o Lafita.

El entrenador zaragocista, en todo caso, ultimará hoy ese escudo para medirse al equipo azulgrana. Lo hará otra vez a puerta cerrada y sin dar ninguna pista. Ayer, por ejemplo, los medios solo pudieron entrar en la sesión cuando los jugadores ya estaban en las duchas mientras que, en otras ocasiones, los últimos minutos del entrenamiento a puerta cerrada sí se pueden grabar.