Después de más de medio siglo ligado al atletismo, Eduardo Ruiz deja su deporte. Esta mañana le dará un homenaje la Carrera Popular Ibercaja por la Integración, prueba de la que fue director técnico en sus 30 ediciones. Atleta de nivel medio y entrenador, labró su fama como directivo. Primero fue presidente del Scorpio y después de la Federación Zaragozana y de la Aragonesa. Llegó a ser el vicepresidente de la Federación Española con Juan Manuel de Hoz como máximo mandatario.

Ruiz se desliga del atletismo a sus 66 años. Esta mañana será muy grande para el zaragozano. "He decidido dedicar mi tiempo libre a mi esposa y a mis nietos. No tengo ninguna gana de estar en un puesto de responsabilidad. No me involucraré en nada más, ni quiero ser directivo de nada. Pero sigo los resultados en los periódicos y las páginas web", explica Ruiz.

Su carácter

El zaragozano es simpático y dicharachero. Apenas se le conocen enemigos y gana en las distancias cortas. Es una enciclopedia viva del deporte y guarda en su cabeza muchos de los secretos inconfesables del atletismo aragonés. Siempre estuvo ligado al Medina y en los orígenes del Scorpio el año 71. Vivió una época dorada del atletismo aragonés protagonizada por Alberto Solanas, Abel Antón, Monse Abelló o Pilar Fanlo.

Por aquel entonces, las carreras populares se pusieron de moda. Nacía la Carrera del Ahorro el día de San Jorge de 1979. "La pagó Ibercaja y no la apuntamos en las 30 ediciones. Llegó a la oficina de Ibercaja en la Plaza de Roma. Fue un gran éxito", recuerda Ruiz. La primera edición se organizó en el ochenta cuando Ruiz ya había dejado la presidencia de la Federación Zaragozana. "La primera gran alegría llegó en la novena edición, cuando pasamos de las 10.000 personas". El techo fueron los 16.000 corredores hace siete años. Ahora nos mantenemos en los 13.000 corredores", apunta Eduardo Ruiz.

En 30 años organizando la carrera, ha convivido con los mejores atletas españoles de la historia. "El que más cumplió con la prueba fue Abel Antón. Corrió cinco o seis ediciones en los años noventa y todas las Millas Ibercaja. Es el que más vinculado a Aragón ha estado sin ser aragonés y siempre ha venido de forma desinteresada", explica.

Como directivo con don de gentes, a Ruiz no le desagradaba la labor de negociar con los mánagers para contratar a los atletas. "Miguel Mostaza sabía que sus atletas cobraban el día mismo que corrían y eso es muy importante. Aquí había garantía de cobro y eso era más importante que la cantidad a ganar. Las figuras venían a Zaragoza muy a gusto", explica.