El Zaragoza los tuvo a los dos casi ´atados´, pero tanto Chori Domínguez como Ricardo Costa regatearon al final en su llegada a La Romareda, al proyecto de Agapito Iglesias. Sobre todo el central luso, que en el verano del 2009 hasta pasó una revisión médica para recalar en el conjunto que dirigía Marcelino, tras haber pactado un contrato por cuatro años , mientras que el Wolfsburgo también había cerrado ya su traspaso. Mientras, el Chori era la principal apuesta para reforzar el ataque zaragocista en el mes de enero pasado. Era una de las joyas de ese mercado, una vez que había acabado su vinculación con el Rubin Kazán en diciembre. El Zaragoza echó el resto por él, pero el Valencia, que lo vio como un sustituto para Silva, apretó más y Domínguez acabó en Mestalla.

A Ricardo Costa le quedaba un año en la Bundesliga y el club aragonés iba a pagar unos dos millones de euros por él. Todo se vino abajo en el último momento. El jugador dijo que se habían cambiado términos de lo hablado, pero su frustrado fichaje fue, sobre todo, consecuencia del tira y afloja que Marcelino y Agapito tenían en los refuerzos. El asturiano no vio clara la llegada del internacional luso y éste completó su último año en el Wolfsburgo, con una cesión al Lille incluida.

En el Valencia, Costa está demostrando su nivel tras llegar a Mestalla con la carta de libertad. Es fijo para Unai Emery, salvo que las rotaciones digan lo contrario. De hecho, es el que más ha jugado en Liga --7 partidos y 666 minutos-- y con David Navarro forma el eje de la zaga preferido del técnico vasco.

No está teniendo la misma suerte el Chori, que no ha cargado de razones a los que impulsaron su fichaje en enero, Fernando Gómez, entonces director deportivo, sobre todo. Firmó hasta el 2013 y ya en la segunda vuelta del curso pasado no ofreció casi nada. Ni un gol en 13 partidos de Liga y uno en la Copa del Rey. En este curso, Emery le está dando oportunidades --151 minutos en el torneo liguero y ha sido titular en Copa y en Champions--, pero su explosión no llega. Por eso, su salida en enero en forma de cesión no se descarta, ni mucho menos. Ahí el Zaragoza quizá tenga una oportunidad...