Iker Casillas, capitán de la selección española y del Madrid, no titubeó a la hora de refrendar que la huelga en Primera y Segunda para las dos primeras jornadas de Liga es algo más que una amenaza. "A día de hoy puedo asegurar que no se va a jugar, es muy difícil", dijo el portero blanco minutos después de que el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) hiciera oficial la convocatoria del paro ante la negativa de la Liga de Fútbol Profesional (LNFP) a garantizar que los clubs satisfagan las deudas que tienen con más de 200 futbolistas profesionales, principal problema para la firma del convenio colectivo, sin el que la competición no empezará el día 20.

Gente como Casillas, Puyol, Xabi Alonso, Llorente, Cazorla y Javi Martínez secundaron al sindicato de futbolistas y encabezaron a más de un centenar de futbolistas de Primera y Segunda, capitanes y representantes de todos los equipos, que, reunidos en un hotel madrileño, decidieron respaldar sin fisuras la postura de fuerza de la AFE. Cuestión de solidaridad para hacer ver a la patronal que ya es hora de dar una solución verdadera al tema de las deudas, más allá de la trampa de la Ley Concursal como suterfugio utilizado por los clubs para incumplir sus compromisos contractuales.

CUMPLIMIENTO "A los futbolistas no se les puede pedir más. No queremos más dinero, queremos que se cumplan nuestros contratos. Nos hemos unido y hemos dicho basta ya. AFE y todos los futbolistas de Primera y Segunda hemos tomado la decisión responsable, firme y unánime de convocar una huelga para las dos primera jornadas. La Liga no dará comienzo hasta que se firme el nuevo convenio colectivo", dijo Rubiales, quien explicó que con los 40 millones de euros del fondo de garantía concursal destinados unilateralmente por la LFP a solventar el problema en los próximos cuatro años no hay ni para cubrir las deudas de la última temporada: 50 millones y más de 200 jugadores afectados. A eso habrá que añadir las que se generen durante las temporadas de vigencia del nuevo convenio.

La Liga Profesional dice no entender nada. Calificó al convocatoria de la huelga como "incomprensible" en un comunicado en el que se vuelve varias veces sobre la predisposición al diálogo con la AFE. Todo lo contrario que dice el sindicato, cuyo presidente reiteró que durante los 17 meses que lleva en el cargo se han podido conseguir marcos adecuados de negociación y acercamiento con todas las instituciones "excepto con la LFP".

José Luis Astiazarán, presidente de la Liga, habló en Bilbao de una solución muy difícil "puesto que la patronal ha llegado al tope que puede permitirse al aprobar un fondo de garantía que protege 240.000 euros anuales para cada uno de los jugadores de la Liga BBVA y 120.000 para los de la Liga Adelante afectados por los concursos". La respuesta de Rubiales es contundente: "¿Como puede hablarse de una competición justa cuando tienen que enfrentarse jugadores que llevan sin cobrar seis meses contra otros que están al día?".

LAS DIFERENCIAS Los puntos de fricción entre AFE y LFP son varios. Uno de ellos es la Ley Concursal, pendiente de una modificación. Tanto la Liga como la AFE coinciden en que el fondo de garantía concursal aprobado será papel mojado con la reforma pendiente de la Ley Concursal. El sindicato cree que la nueva situación puede llegar en septiembre y con el cambio previsto prevalecerá la normativa deportiva y bajarán los que no cumplan con sus obligaciones salariales. La gran aspiración de la AFE es garantizar todos los salarios, pero la LFP entiende que es totalmente imposible. La patronal entiende que como organización no puede verse obligada a ello. Sí es tarea suya regular los aspectos laborales, pero los contratos los firman los clubs con los jugadores y por tanto lo derivado de esos contratos no es responsabilidad de la Liga.