El descabezado golf mundial coronó el domingo a un nuevo e inesperado campeón. Tiene 25 años, es sobrino de una leyenda del golf femenino, Pat Bradley, y disputaba por primera vez uno de los torneos grandes, concretamente el Campeonato de la PGA (EEUU). Keegan Bradley, que a falta de cuatro hoyos llevaba una desventaja de cuatro golpes con respecto a Jason Dufner (34 años), logró igualar a 272 golpes (8 bajo par) con dos birdies finales y, en los tres hoyos de desempate, se proclamó campeón en Atlanta.

Fue una gran noticia para Bradley y, de rebote, para el necesitado golf de EEUU, que llevaba seis torneos del Gran Slam sin lograr la victoria. El último ganador fue Phil Mickelson en el Masters de Augusta del año pasado. Además, el golf estadounidense conservó la racha --que data de 1994-- de tener al menos un campeón de un grande cada temporada. La victoria de Bradley consagra la volatilidad del golf desde que Tiger Woods cedió el número uno en el 2009: ha habido 13 campeones distintos en los últimos 13 majors. Bradley es un recién llegado. Es su primera temporada en el circuito estadounidense y el primer golfista, desde Ben Curtis en el Abierto Británico del 2003, que gana un grande en su primera participación.

Sergio García, con 279 golpes (-1), acabó en el puesto 12°, tras ser 7° en el Abierto de EEUU y 9° en el Abierto Británico.