--¿Qué recibimiento espera tener en La Romareda?

--Espero un recibimiento normal. En el Zaragoza estuve una temporada y tres meses y lo normal es que la gente de La Romareda se fije en su equipo y no en mí. Dentro de ese gran club tuve poca representatividad por mi corta estancia en el mismo y creo que seré recibido con una indiferencia bastante grande. Además han pasado ya dos años desde mi salida.

--Pero usted se fue teniendo una buena sintonía con la afición.

--Yo estoy francamente agradecido a la afición del Real Zaragoza, muy agradecido por las muestras de apoyo que me dio durante toda mi etapa en el Real Zaragoza, incluso en el momento más complicado, cuando los resultados eran negativos, y también después de ser destituido, puesto que estuve viviendo allí hasta junio.

--Y eso siempre es de agradecer.

--Así es. Si algo agradece un entrenador es que su afición le aplauda y más cuando los resultados son satisfactorios. Eso me quedará para toda la vida y por eso digo que estoy agradecido a la gente. Lo que sucede es que mi presencia fue secundaria, porque no pude acabar la segunda temporada de mi contrato y cumplir el objetivo que nos habíamos marcado.

--En Zaragoza sufrió su primera destitución. ¿Eso también le ha podido marcar un poco?

--No creo que me haya marcado en exceso. En ningún caso me causó un trauma, pero sí una decepción, porque no conseguimos cumplir nuestro objetivo, que era acabar la temporada y que el Zaragoza se mantuviera en Primera División. La decepción no fue por el hecho del cese, porque es algo que sucede porque los resultados no son los esperados y no se cumplen los objetivos que se ha marcado el club. Los entrenadores debemos tener la cabeza lo suficientemente fría para saber que es algo que se puede producir y con lo que tenemos que saber convivir. Por eso tampoco debe condicionar nuestro trabajo.

--¿Si pudiera dar marcha atrás se hubiera ido después de conseguir el ascenso?

--Es posible, pero tampoco tiene ahora razón de ser pensar en eso. En su momento valoramos todas las opciones, incluso las personales, y decidimos quedarnos porque teníamos la ilusión de sacar adelante el proyecto en Primera División. Son situaciones que se dan y sobre las que tienes que reflexionar para que en el futuro no se vuelvan a repetir. También podía haber renunciado yo, pero ahora tampoco puedes pensar en esas cosas. De los errores también se aprende.

--¿Entonces cómo valora la experiencia vivida en el Zaragoza?

--Fue una experiencia complicada, pero a su vez tremendamente constructiva. Creo que fui corresponsable de una situación y, como no me gusta echarle la culpa a los demás, admití que me equivoqué y decidí reflexionar para no repetir los mismos errores. Nunca me he arrepentido de haber estado en el Real Zaragoza, porque tampoco hay que mirar más allá.

--¿Tiene algún recuerdo especial de su etapa en el Zaragoza?

--Obviamente mi mejor recuerdo es el del día del ascenso cuando ganamos al Córdoba. Ese fue el momento más feliz de mi estancia en el Real Zaragoza y el más duro el de la destitución tras perder con el Athletic. Todavía recuerdo cuando iba por el túnel de vestuarios que ya estaba pensando que era mi último día en el Zaragoza y luego así fue. Pero prefiero acordarme de los buenos recuerdos y por eso siempre tendré más presente cuando se logró el ascenso. De los malos momentos hay que sacar conclusiones y tratar de que no se repitan. Tampoco consigues nada acordándote de lo malo.

--¿Cree que dejó muchos amigos en Zaragoza?

--Sí, porque creo que dejé muchos amigos, pero también depende del concepto que uno tenga de la amistad. En ese club hay personas que durante mi estancia allí me ayudaron y me demostraron su apoyo más sincero y a esos, aunque luego no haya tenido una gran relación posterior, les guardó un cariño especial. Por eso durante el fin de semana aprovecharé la ocasión para verlos y saludarlos.

--¿Y sus relaciones con Agapito Iglesias cómo son?

--Inexistentes, sin más. Desde que me fui no he vuelto a hablar con él. En su momento tuvimos una reunión donde cada uno dijimos lo que pensábamos y nada más. No tengo ningún ánimo negativo hacia él. Respeto la decisión que tomó porque en ese momento creía que era lo mejor para la entidad. Además, como ya he dicho otras veces, a mí no me echo Agapito ni fulanito, porque a los entrenadores nos echan los resultados. Él considero que el cuerpo técnico éramos los máximos y únicos responsables de aquella situación y nos destituyeron.

--Además desde la llegada de Agapito al club, el banquillo del Zaragoza se ha convertido en un devorador de entrenadores y usted fue una víctima más.

--Pero yo no me fijo en eso. Lo que sucede es que a nosotros nos señalaron como los culpables de todo, pero luego, a corto plazo, se tuvieron que fichar siete futbolistas y así se consiguió salvar felizmente la categoría, de lo que me alegré profundamente. Pero no me consuela con que se hayan echado a más o menos entrenadores, porque no soy quien para valorar esas cosas ni los proyectos que se puedan hacer.

--Eso quiere decir que se fue sin ningún rencor hacia nadie.

--No soy rencoroso y cada uno puede tomar las decisiones que crea oportunas. Al Zaragoza y las personas que lo integran, aunque con unas pueda tener mejor relación que con otras, les desearé siempre lo mejor, pero ahora no estoy pensando en ese club. Cuando estuve allí intente hacer mi trabajo lo mejor posible, pero cometí unos errores sobre los que tuve que reflexionar para no repetirlos.

--Ahora se ha convertido en uno de los acreedores de la entidad. ¿Le ha sorprendido que el Real Zaragoza se haya tenido que acoger a la Ley Concursal o era algo que se veía venir?

--La verdad es que yo no conocía las cuentas y el posterior desarrollo de los acontecimientos, por eso desconocía lo que podía pasar. Entrar en este tipo de concursos es perjudicial para los trabajadores que estaban y que estuvieron, pero tampoco estoy siguiendo los acontecimientos. Lo ideal para los profesionales es que no se llegue a estas situaciones, porque a nadie le agrada que le disminuyan lo que debe percibir, pero son circunstancias que se dan y que yo no voy a entrar a valorar.

--Usted se fue hace solo dos años y unicamente quedan tres jugadores de su etapa. ¿No le parece un poco extraño?

--Esto es algo que tampoco tengo que valorar yo, porque hay unas personas que son las que deben determinar si la política de cambiar o no tantos jugadores cada temporada es buena o no. En el Zaragoza hay personas que marcan las directrices y ellos saben lo que tienen que hacer en cada momento. Por eso prefiero no decir nada sobre este asunto. No es cosa mía.

--Pero siguiendo esa política de cambiar casi toda la plantilla en verano, el Zaragoza vuelve a estar en los últimos puestos de la clasificación.

--Así es, pero creo que el Real Zaragoza tiene un buen equipo y un buen entrenador. Lo que sucede es que está siendo irregular, pero como nos está sucediendo a nosotros (el Sevilla). Hace pocas jornadas estaban mirando más hacia arriba que hacia abajo, pero si estás cinco jornadas sin ganar, como nos sucede también a nosotros, pasas de una buena situación a una mala. Aquí hay un partido cada siete días y hay que intentar ganar y sumar, porque si no lo haces de forma reiterada, los equipos que están por encima se te alejan y los que vienen por debajo te van cogiendo.

--El verano pasado fichó por el Sevilla y tuvo un buen comienzo de Liga, pero ahora han bajado y no están pasando por una buena racha de resultados.

--Ni en cuanto a resultados ni en cuanto a juego. Estuvimos muy bien, pero llevamos unos partidos, sobre todo los dos últimos, en los que no estamos contentos ni con los resultados ni con el juego realizado en Mallorca ni en casa ante el Athletic de Bilbao. El objetivo es intentar plasmar en el juego aquellos argumentos que nos hicieron ser un equipo competitivo pese a tener un calendario tremendamente exigente y en el sumamos muchos puntos.

--¿Y del Zaragoza qué espera?

--Espero un equipo que va a salir a ganar desde el primer momento y que se va a emplear con una gran agresividad e intensidad. Entiendo que tratarán de luchar con todos los medios que vienen aplicando para intentar ganarle al Sevilla. Eso es lo que pienso. Yo espero un partido exigente y en el que vamos a tener que emplearnos con una gran intensidad en la disputa de cada balón.

--¿Qué equipo se juega más en el partido del domingo?

--Nosotros nos jugamos muchísimo, porque un equipo como el Sevilla que aspira a estar en lo alto de la tabla no puede pasar cinco jornadas sin ganar, porque es mucho tiempo. El Zaragoza también se juega mucho, porque también lleva cinco jornadas sin ganar y cuando un equipo, independientemente de los objetivos que se haya marcado, lleva tanto tiempo sin conseguir la victoria es obvio que te juegas mucho. Por eso creo que el partido va a ser muy competido.

--Pero el Zaragoza, si no gana, puede caer ya a la zona de descenso.

--Por eso digo que también se juega mucho. Ellos tienen mejor equipo de lo que indica ahora la clasificación y sabemos que nos van a poner las cosas muy complicadas, pero a nosotros también nos hace mucha falta una victoria. Tenemos que acabar cuanto antes con esta racha de cinco partidos que llevamos sin ganar y recuperar el nivel que ofrecimos al principio de la Liga. No será fácil, pero intentaremos sumar los tres puntos en Zaragoza.

--¿Y usted personalmente también se juega mucho?

--Yo no tengo la percepción de que un mal resultado pueda tener una implicación directa sobre mi persona. Además nuestra intención es ganar el domingo en La Romareda para volver a colocarnos en una buena posición en la clasificación.

--¿Eso quiere decir que no se siente cuestionado?

--No me veo de ese modo, porque dentro del club me siento absolutamente respaldado, aunque creo, como es lógico, que todos estamos preocupados porque en las últimas jornadas no hemos jugado como queríamos ni hemos sumado los puntos. Sería una irresponsabilidad por nuestra parte y en concreto por la mía no reconoce ese hecho.

--¿Le parece que el Zaragoza tiene equipo y plantilla para mantenerse en Primera División con más comodidad que en las dos últimas campañas?

--Yo creo que sí. Tiene un buen equipo. Esa es mi sensación, aunque quizás en alguna zona del campo, como le puede pasar a la mayoría de los equipos, pueda estar más limitado de efectivos. Pero creo que tiene un conjunto experto, sólido, agresivo y rápido por bandas. Por eso considero que tiene buenos argumentos individuales y colectivos para luchar en Primera División con garantías de salvar la categoría. Ahora no están bien, pero seguro que remontarán. Lo único que espero es que eso no suceda contra nosotros.