Las casi 5.000 personas que llenaron el primer anillo del Príncipe Felipe acabaron gritando "¡tongo, tongo!" y el clásico "manos arriba, esto es un atraco". Después, aplaudieron puestos en pie al Caja3 Aragón por el derroche de orgullo, de energía y de balonmano con el que pusieron contra las cuerdas al campeón de Liga y Champions y con el que merecieron mucho más que el 29-31 final que decidieron los señores Gude Prego. Los jugadores regalaron un espectáculo soberbio al público y los colegiados terminaron emborronándolo y estafando a los aficionados. El cuento de siempre.

"Hemos tenido suerte, el Caja3 ha merecido más. La acción de Maqueda no es ataque, es gol o penalti". Lo reconoció Xavi Pascual tras el partido. Con 26-27, los hermanos Gude le regalaron el balón al Barcelona porque alguien había pisado el área y el Barcelona se puso 26-28. Con 27-28, Maqueda empató el encuentro en una acción que, además, merecía 2 minutos, pero los hermanos Gude hicieron magia y se sacaron de la manga una falta en ataque del toledano. Acto seguido, excluyeron a Demetrio Lozano --el Barcelona no sufrió ninguna exclusión en la segunda parte-- y los azulgrana lograron los tres goles de ventaja que resultarían definitivos.

Los últimos cinco minutos fueron el claro ejemplo de porqué el balonmano no se vende más y mejor. ¿Qué emoción tiene un deporte en el que, pase lo que pase en la pista, lo acaban decidiendo dos señores como y cuando quieren? Los 55 minutos anteriores fueron el claro ejemplo de porqué el balonmano debería venderse más y mejor. Ante el campeón de Liga y Champions, un equipo en el que Nagy, Sarmiento o Saric son suplentes, frente a un conjunto capaz de formar un muro defensivo con cuatro jugadores de dos metros, el Caja3 apeló a todo su orgullo, a su mejor espíritu, a un gran juego, para dominar gran parte del choque.

Con solo doce jugadores, Ortega tuvo que dosificar muy bien los esfuerzos en una lucha titánica y sin tregua. Sin Casanova para el centro de la defensa, el Caja3 tiró de Maqueda y Demetrio. Javi García volvió loco a Jernemyr en la primera parte, Cartón fue el Cartón de las grandes tardes, infalible, Vigo puso el ritmo adecuado en cada momento, Malumbres creció bajo palos, Postigo no se puso nervioso ante Saric. Todos sumaron, todos entregaron hasta la última gota de esfuerzo para deleite de una grada que disfrutó de 55 minutos como lo que fueron, un gran espectáculo. El Caja3 no dejó correr a su rival, entorpeció su juego sacando rápido de centro, le exigió como solo los grandes equipos de Europa han hecho hasta ahora. El Caja3 no claudicó, pero le obligaron a caer en unos últimos cinco minutos en los que el balonmano dejó paso al cuento de siempre.