¿Y ahora qué hacemos con Romaric?

SERGIO Pérez, Jefe de deportes de El Periódico de Aragón

El Real Zaragoza jugó en Granada el mejor partido de la temporada y en el que reunió por fin un número de argumentos futbolísticos suficientes para no considerarlos flor de un día o solo circunstanciales. La progresión y la victoria llegaron fundamentalmente de la mano de cuatro razones. La extraordinaria mejoría que provocó en el funcionamiento colectivo la presencia de Movilla en el cuadro de mandos al lado del Apoño verdadero, no del sucedáneo de las primeras jornadas. Una mayor posesión y un trato correcto de la pelota, lo que se tradujo en dominio, ocasiones y goles. El brillante partido de Víctor jugando por dentro como segundo delantero, donde demostró intuición, visión y olfato goleador y fue una pesadilla para la defensa del Granada. Y el rival, al que el Real Zaragoza inutilizó durante 75 minutos con motivos convincentes, pero que se mostró inusualmente dócil.

El triunfo, en la exposición coral más seria del año, se produjo en ausencia de Romaric por sanción y precisamente por el salto de calidad de los futbolistas que actuaron en su área de influencia, en la creación y manejo con Movilla y Apoño, y en la línea de llegada justo un paso por detrás de Hélder Postiga con las diabluras y la decisiva movilidad de Víctor. El domingo, contra el Sevilla, el marfileño ya podrá volver a jugar. ¿Qué hacemos ahora con él?

Lo que funciona, y el Real Zaragoza de Granada es la versión más persuasiva y firme de la Liga, suele ser aconsejable no tocarlo. Forzar situaciones, cambiar por cambiar o cambiar injustificadamente acostumbra más a enredar que a solucionar. Así que lo natural sería que Romaric empezara en el banquillo el domingo y que el sentido de la justicia se cumpliera estrictamente con quien se lo ha ganado con razones profesionales.

Lo cual no implica que Romaric deba ser un caso perdido. Hay que hacerle trabajar hasta que alcance el tono físico y futbolístico de sus competidores. Y cuando ocurra, integrarlo como una pieza más en la maquinaría colectiva y en ningún caso que el funcionamiento global tenga que modificarse, si funciona, para justificar su presencia. Porque el objetivo final es el que es: acercarse al rendimiento de Granada tantas veces como sea posible.

Tracking Pixel Contents