El Club Escuela Gimnasia Rítmica de Zaragoza (CEGRZ) es el más grande de Aragón. El germen fue la Universidad Laboral a principios de los setenta. Su gran impulsora fue la técnica Maite Guardiola, con la que se logró el primer éxito con el subcampeonato de España en 1972. Ocho años más tarde se fundó el CEGRZ. De aquel gran tronco surgieron estrellas, deportistas que fueron internacionales. Hicieron historia para la entidad zaragozana gimnastas como Nancy Usero, Eva Obalat, Marta Aberturas, Gemma Royo, Ester Domínguez, María Álvarez o Regina Guati.

La sombra de Ester Domínguez es alargada en el club que ahora preside Javier Doñate. La zaragozana pasará a la leyenda gracias a su 10 en el ejercicio de pelota del Europeo que se celebró un inolvidable 4 de junio del 2000 en Zaragoza. La pequeña gimnasta cerró su círculo siendo olímpica en los Juegos de Sidney.

Domínguez es el espejo en el que se miran las más de mil niñas integradas actualmente en la entidad. No corren buenos tiempos para el deporte minoritario, pero algunas personas del equipo intentan que no se pierdan las esencias en época de crisis. Son gente como Chus García Ceballos, la directora técnica o Teresa Muñoz, la entrenadora más veterana y que ha sido testigo en más de 30 años de muchos prodigios en el CEGRZ.

El mejor club de gimnasia rítmica de Aragón se encuentra en un momento difícil y quiere volver a recobrar el brillo de antaño. La crisis puede ser un acicate para tanto pesimismo. "Se está notando un cambio de mentalidad. La crisis ayuda a que la gente se empiece a comprometer y que se dé cuenta que la vida no es fácil. Las cosas no te vienen regaladas y hay que luchar por lo que uno quiere. Vivimos muy felices muchos años y ahora hay que espabilar", reconoce Chus García Ceballos. La preparación de la gimnasta tiene factores externos que influyen en su trabajo. "Es duro entrenar por la presión de las familias. Los padres somos ahora super protectores con los hijos. Hay que dejarles a los niños que se busquen la vida", confiesa.

Penurias

El club sigue trabajando entre las enormes penurias y quiere recobrar el brillo pasado. "Hace tres años perdimos la Primera categoría. Pero no será fácil, porque estamos saliendo de un bache competitivo. Ahora presentamos ocho equipos en el Campeonato de España que se celebra del 13 al 17 de diciembre. Somos el club con mayor representación de España. Tenemos alguna opción de podio", indica Chus García.

El club se estructura en una pirámide perfecta de 1.238 niñas y 30 entrenadoras. En la base está la gimnasia recreativa con 1.012 niñas. Por encima el embudo se estrella con la iniciación, con 185 gimnastas y la competición autonómica con 35. En la cima están las 51 niñas de la competición nacional. Todo esto lo logran con trabajo propio. "Tenemos cero ayuda institucional, como todos los deportes minoritarios. Y además somos un deporte femenino. Todo lo pagan los padres y el club. Las niñas pagan su ficha federativa de 80 euros y la cuota mensual de 50 euros para la competición autonómica. No sale rentable con lo que se invierte en ellas", confiesa Chus García Ceballos.

La seña de identidad del club es la educación por el deporte. "La gimnasia debe ser la forma de vida de las niñas, que les guste y se diviertan. Ellas vienen encantadas. Lo importante es la niña antes que la gimnasta, pero no podemos olvidar que somos un club de competición. Nuestra aspiración es volver a la primera categoría".

El trabajo titánico del club pierde fuerza al tener que desperdigar a las niñas en varios pabellones. "Entrenábamos en el centro Pignatelli, pero nos lo quitaron. Ahora vamos de pabellón en pabellón, en el Siglo XXI, el Actur 5 y el San Braulio. No cuaja el trabajo puesto que estamos dispersas y en compartimentos estancos", dice.