Modric fue el único que entendió el compromiso desde el principio. Después encontró el auxilio del alemán Mesut Ozil, que empezó en el banquillo. Y entre ambos enterraron las ilusiones isleñas, angustiadas cada jornada por la amenaza del descenso. El balcánico, héroe blanco tras Old Trafford, culminó la remontada con un gol de los que no es fácil olvidar. El croata se ha ganado al madridismo. Ante el Mallorca, el público se entregó y coreó su nombre. Fue el único que se tomó el partido como oficial desde el inicio. Al Madrid le costó dos goles reaccionar y terminó goleando. Para el Mallorca, la Liga no es una broma y con la derrota de ayer sigue en descenso, para beneficio del Zaragoza.