No era cuestión de que los miembros de la comisión de evaluación contradijeran al propio presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, que justo antes de que iniciasen su trabajo de verificación del proyecto de la candidatura madrileña a los Juegos del 2020, aseguró que "la crisis no afecta a Madrid porque lo tiene casi todo construido". Y no lo hicieron en su despedida después de cuatro días de trabajo intenso, lo que no significa mucho más que haber mantenido la compostura esperada antes de ponerse a confeccionar un informe que no tiene otro objetivo que alumbrar a los 101 miembros de la asamblea del COI que el 7 de septiembre decidirán en Buenos Aires si Madrid, Tokio o Estambul se encargan de organizar los Juegos del 2020.

Craig Reedie, el presidente de los evaluadores, no tuvo ningún problema en admitir que quedaron impresionados por la profesionalidad con que se desenvolvieron los ponentes de Madrid 2020 y con el contenido de sobre el terreno de su propuesta. Todo perfecto antes de pasar por las metas volantes que quedan: la convención Sportaccord, en San Petersburgo del 26 al 31 de mayo; la asamblea general de la asociación de comité olímpicos (ACNO), en Lausana del 14 al 16 de junio, y la asamblea del COI.