El tricampeón Sebastian Vettel (Red Bull) ha logrado una de sus victorias más espectaculares, la número 27, en el Gran Premio de Malasia después de mantener un pulso suicida, con cruces de acusaciones por radio y gritos de "¡cuidado! ¡cuidado!" por parte de Christian Honner, jefe de equipo, en el momento en que, a falta de 10 vueltas, el alemán ha adelantado a su compañero Mark Webber en tres maniobras muy peligrosas para los dos y, por supuesto, para el equipo austriaco. Esta victoria, sumada al tercer puesto lograda por el tricampeón en Melbourne (Australia), coloca a Vettel al frente del Mundial tras un GP en el que Fernando Alonso ha abandonado nada más empezar, al chocar, en la segunda curva, con la parte trasera del Red Bull de Vettel y, a continuación, en el inicio de la segunda vuelta, ver cómo su alerón delantero, ya dañado en su parte izquierda, se desintegraba al ser superado por Webber, teniendo que abandonar tras su segundo puesto en Australia.

Webber, que ha mandado durante casi toda la carrera, ha tenido que soportar siempre el marcaje de Vettel y la persecución de Lewis Hamilton (Mercedes), que, finalmente, tras una dura lucha también, esta mucho más limpia y menos vistosa, con su compañero Nico Rosberg, se ha hecho con la tercera plaza. Curiosamente, los cuatro primeros, los dos Red Bull y los dos Mercedes, que son los coches que más degradan los neumáticos, han dominado la primera, tal vez, fruto de la pista mojada al inicio y de la menor degradación que provoca el trazado malayo. El finlandés Kimi Raikkonen (Lotus-Renault), ganador en Melbourne (Australia), no ha tenido su día, ya que ha empezado siendo penalizado, ha tenido que arrancar desde la 10ª posición y ha terminado en la sexta plaza.

El Gran Premio, que se preveía muy igualado, ha concluido con 12 apasionantes últimas vueltas tras el cuarto cambio de neumáticos por parte de los cuatro primeros. Webber ha regresado a la pista justo, justo, justo, por delante de Vettel, dos metros solo por delante, y ambos han luchado a brazo partido por el liderato mientras por la radio les gritaban "¡cuidado! ¡cuidado!", se supone que para los dos. Faltando 10 vueltas, Vettel, al final de recta, se ha pegado al muro y ha iniciado un adelantamiento suicida, Webber se ha resistido pero, al llegar a la segunda curva, el tricampeón alemán ha acabado imponiéndose. Mientras, por detrás, Hamilton y Nico Rosberg, ambos con Mercedes, luchaban también por la tercera plaza, que, finalmente, ha sido para el británico. Todo eso ha ocurrido con Adrian Newey y Ross Brawn, máximos responsables de los equipos Red Bull y Mercedes, con las manos en la cabeza en sus muros.

Ni Vettel ni Webber se han saludado en la antesala del podio, mientras Newey, con cara de circunstancias, trataba, simplemente con la mirada, de conciliarlos. Todo parece indicar, aunque, de momento, no existen pruebas claras que lo confirmen, que el equipo Red Bull le ha dicho a Vettel por radio que no atacase a Webber y, sin embargo, lo ha hacho con enorme riesgo para los intereses del conjunto campeón.