--Han pasado cuatro años desde que dejó el Zaragoza, supongo que seguirá el devenir del equipo.

--Estos años tienen que ser para mantener la categoría, asentarse con una buena base para volver a ser el equipo grande que fue.

--En su etapa aquí, se tenía la sensación de que le marcaban en exceso, para bien o para mal, las dos primeras pelotas que tocaba en cada partido.

--Quizás hubo muchos momentos en los que no era titular indiscutible, ni hubo un entrenador que me diera muchísima confianza y eso, en un futbolista joven, te va marcando. Cuando juegas no tienes toda la confianza que puedes tener y eso me pasaba a mí y a muchos otros. Puede ser una de las cosas que me lastró para salir de Zaragoza.

--¿Sentía que sus actuaciones eran más observadas y sus fallos más criticados?

--Sí, por dos razones. Subía de la cantera y siendo así la gente te mira más con lupa; y la otra es que nunca acababa de ser titular indiscutible y cuando jugaba notaba como que tenía un examen. Pero la sensación que me quedó es que jugué mucho, participé en plantillas de verdadera calidad y tengo buen recuerdo.

--Su salida del club (en el 2009) pudo deberse a que se cansara de esperar una temporada en la que fuera indiscutible.

--Fue un cúmulo de circunstancias, después del último ascenso. El Zaragoza quería hacer un proyecto muy ambicioso en Primera y me comentaron que contaría poco. Llevaba toda mi carrera allí y a veces es bueno conocer otros sitios. Creo que fue un acierto. En Elche me siento muy importante.

--Usted vivió unos años en la etapa de Alfonso Soláns, verá las cosas muy cambiadas desde entonces.

--Han sido etapas muy diferentes. Han pasado muchísimas cosas desde entonces, algunas en las que quizá ha tenido culpa la directiva, pero en otras fue el fútbol quien condenó al club. Recuerdo que el año del descenso se hizo una apuesta importantísima por grandes fichajes y eso, si desciendes, te deja tocado. Se perdió muchísimo dinero. Hay que saber que el Zaragoza es el equipo que llevamos dentro y ojalá se empiecen a hacer las cosas bien.

--Del año del descenso, se ha dicho en ocasiones que la lucha de egos en el vestuario fue uno de los principales motivos de la tragedia.

--Cuando tienes unos futbolistas con una calidad así, porque la plantilla era increíble, y desciendes es que no se han hecho bien las cosas dentro del vestuario. Pero tampoco era una bomba, éramos futbolistas que no estábamos acostumbrados a ese tipo de peleas deportivas. No fue culpa de luchas en el vestuario.

--¿Suele hablar con excompañeros de la situación actual?

--Siempre comentas que es una pena enorme que un equipo con esa afición se haya visto envuelto en tantas circunstancias negativas. Luchando siempre por no bajar, con mucha crispación social...

--De sus títulos aquí, ¿se queda con la Copa de Monjuic o la Supercopa?

--(Suspira...) Sin duda, con Montjuic. Toda la andadura fue espectacular porque eliminamos al Barcelona y al Atlético de Madrid y llegamos a la final contra los galácticos. Nadie apostaba por nosotros y salió un verdadero partidazo. Fue una final perfecta: muchos goles, prórroga, gol en la prórroga, expulsiones... La mejor noche futbolística de mi carrera.

--Montjuic fue el contrapunto de la otra final, la del Bernabéu perdida ante el Espanyol en el 2006.

--Si de una imagen me acuerdo de ese día es de cuando llegamos al estadio en autobús y vimos a la marea de seguidores, la cantidad de gente que nos acompañó... Eso se te queda grabado.