La flor goleadora de Pedro con la selección esta temporada sacó del atolladero a la selección española, que seguramente no tendrá que enfrentarse al inconveniente de una siempre incómoda repesca para sacar billete directo hacia el Mundial de Brasil 2014. En la vuelta al equipo de Xavi y Xabi Alonso, el canario dejó a los franceses con las ganas con un gol de oro, el octavo con La Roja desde septiembre, y Valdés echó el cierre con una actuación soberana en el escenario donde tocó el cielo en el 2006 con el Barcelona.

Que el partido llegara empatado al descanso fue un puro milagro. En primer lugar porque Xavi, a los cinco minutos, mandó por encima del larguero un remate con el interior del pie derecho tras un pase atrás de Monreal y una jugada del mejor manual de los campeones de Europa y del mundo en la que participaron también Alonso, Villa e Iniesta con un pase soberbio a la espalda de Jallet. Fue la respuesta a la animosa salida del conjunto francés, que no saltó al campo a esperar y provocó momentos iniciales de desconcierto en la defensa española.

Al margen de la ocasión que dejó mudo al Stade de France, la entrada en el equipo de Xavi, junto con la de Xabi Alonso, no tardó en dar a España el empaque adecuado para ofrecer una versión mucho más parecida a la de su verdadero caché que la despachada ante Finlandia y la de octubre en el Calderón ante el propio cuadro francés.

Llegó inevitablemente el toque y el dominio español, retrocedió Francia, se pertrechó bien atrás y esperó a algún contraataque que acabó llegando con el siempre peligroso Ribéry como estilete. Deschamps había ordenado a su equipo flotar a Álvaro Arbeloa, dejarle campo por delante para buscar a continuación su zona y profundizar por allí.

DESAJUSTES Una estrategia que acabaría provocando un tremendo desajuste que Valdés solucionó. Arbeloa no estuvo donde tenía que estar en un balón cruzado hasta Ribéry, acudió a cerrar Piqué pero llegó desequilibrado y dejó el camino libre al extremo, quien finalmente se encontró con el portero del Barcelona, que empezó a revivir su gloriosa noche del 2006 ante el Arsenal.

Antes de llegar a eso, quien se había convertido en el gran protagonista del encuentro había sido el árbitro húngaro. Es cierto que la selección española no encontraba la forma de profundizar demasiado desde que Xavi disparó fuera en buena posición tras un buen balón interior de Xabi Alonso; Villa se veía enjaulado, Pedro tenía poca presencia desde la derecha e Iniesta no encontraba la forma de activar a sus compañeros.

Pero lo más trascendente fue que Kassai contemporizó primero al no sacar dos amarillas de libro a Matuidi y Jallet por sendos entradones a Busquets e Iniesta, que quedó tocado durante un buen trecho, y sobre todo que se hizo el sueco en un penalti como un castillo de Lloris a Pedro, que además hubiese tenido que suponer la expulsión del portero. El canario acudió al centro a recibir un gran servicio de Iniesta, se anticipó a su defensor, encaró a Lloris y este le cortó el paso por las bravas ante la cercana mirada del colegiado, que no se atrevió a pitar y a expulsar al guardameta del Tottenham.

DUDAS DESPEJADAS Las dudas en que Francia comenzó a meter a España en el arranque del segundo tiempo comenzó a despejarlas Andrés Iniesta con una colada que no acabó en gol a causa de la punta de los dedos de Lloris. Las borró completamente Pedro, que se metió con el balón controlado hacia el centro, dejó atrás a dos rivales y lanzó a la espalda de Jallet para la llegada de Monreal, quien controló en carrera y metió al área chica, por donde apareció el canario para marcar con suspense (m. 58). Cinco minutos después, el canario estuvo cerca de liquidar la cuestión con un remate que se le marchó alto tras una gran jugada de Jesús Navas, que había salido por David Villa y había llevado a Pedro a colocarse en el eje de nueve falso.

Valdés neutralizó después un contraataque de Benzema finalizado por Matuidi y Varane desaprovechó una clara ocasión de empatar tras quedar el balón suelto en un córner. Francia estuvo a punto de dimitir con la expulsión de Pogba, pero Ribéry estuvo cerca de arruinar la noche a España con una buena jugada por la izquierda y Valdés volvió a agrandarse al final, aunque Kassai había pitado falta.