El club, al menos en su versión oficial y la que quiere ofrecer en los próximos días, da por el momento por cerrado el caso Lobato, asegurando que su llegada en las condiciones en las que firmó su precontrato, por tres años, es del todo inviable.

Por ahora, Lobato, que se recupera de una tendinitis rotuliana, está descartado, aunque nadie en el club se atreve a aseverar tajantemente que ese futbolista no jugará en el Zaragoza. Su llegada solo sería viable si renegociara su contrato para pasar a cobrar de más de 500.000 euros a unos 100.000 y si pasara una segunda revisión médica, tras no superar la primera el pasado verano. Ni se está negociando lo primero ni hay una fecha para lo segundo. Y la LFP tendría que admitir el fichaje. Si el agente del jugador decide llevar el caso a los tribunales, el club se amparará en la revisión médica para declarar el contrato nulo.