El fútbol francés ha lanzado un pulso en toda regla al presidente François Hollande. En protesta por el impuesto del 75% para los sueldos superiores al millón de euros anuales, los clubs profesionales han convocado una jornada de huelga para el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en los partidos de liga.

Tan drástica medida no se adoptaba en Francia desde 1972. Los responsables de los clubs, que el jueves serán recibidos por Hollande en el Elíseo, redoblan así la presión para que el Gobierno exonere al fútbol de una fiscalidad que debe afectar a todas las sociedades. Argumentan que las entidades deportivas, muchas de ellas deficitarias, no podrán ser competitivas.

El polémico impuesto (previsto inicialmente para los contribuyentes individuales y trasvasado a las empresas) debe aprobarse a finales de diciembre en el Parlamento. "Estamos ante un movimiento histórico para salvar el fútbol, que representa 25.000 empleos", advierte Pierre Louvel, presidente de la Unión de clubs profesionales. En plena crisis, el 83% de los franceses estiman injustificada la huelga del fútbol.