Al CAI Zaragoza se le acumularon las buenas noticias en Santiago de Compostela. Salió concentrado, puso intensidad desde el primer minuto y supo controlar el encuentro hasta el último. Salió a comerse el mundo Jon Stefansson y acabó firmando su primer partido desde que llegó a España --Valencia, Granada y Zaragoza--, tuvo buenos minutos Rudez, que se recupera poco a poco tras el Eurobasket, incluso acabó arrancándose Sanikidze en el tramo final, recuperando el atrevimiento para lanzar y penetrar. La suma de todos esos factores, la consecuencia de tanta buena noticia junta fue otro triunfo de mérito en el Fontes do Sar, el segundo del curso, también segundo consecutivo fuera de casa (82-86).

Se vio a un CAI sólido, también con errores, con algunos momentos de flaqueza, pero en general fue un equipo consistente, capaz de ejercer dominio y control sobre su rival, seguro de sí mismo, con aportación desde el banquillo. Un bloque esta vez sí convencido de cuál era la intensidad adecuada con la que afrontar el encuentro, decidido a ganar sí o sí, mejorando sobre la marcha los aspectos negativos de su juego, cerrando el partido a tiempo para no sufrir pese a todos los esfuerzos de su rival.

INCORDIO PARA EL RIVAL Destacó Stefansson, que acabó convertido en protagonista absoluto, pero el CAI hizo muchas y buenas cosas antes de su irrupción en el encuentro. El islandés saltó a pista en el minuto 8 del primer cuarto y entonces el equipo aragonés ya dominaba, ya había asfixiado con su defensa el juego del Obradoiro, obligando a los locales a alargar y alargar sus posesiones, forzándoles a errar, impidiéndoles anotar su primera canasta en juego hasta el minuto 5. A partir de su buen hacer atrás, el CAI funcionó arriba moviendo el balón con velocidad y criterio. Anotó Tomás, acertó dos triples Roll, no desaprovechó Shermadini ninguno de los tres balones que le llegaron y el CAI fraguó una buena ventaja (11-19) que desaprovechó con dos errores finales (15-19).

Fueron entonces los mejores minutos de Rudez. El croata actuó con determinación y acierto, sumando seis puntos consecutivos que impulsaron al CAI (15-23). El equipo de José Luis Abós utilizaba sus armas con inteligencia, buscando a Shermadini por dentro, invirtiendo balones hacia la línea de tres, ofreciendo siempre un pase más para encontrar al hombre mejor situado. Tres triples seguidos, dos de Tabu y el primero de la mañana de Stefansson, dispararon la ventaja aragonesa, que ya no paró de crecer de la mano de un acertadísimo islandés para alcanzar los 14 puntos de máxima (30-44, min. 18).

MEJORÍA EN EL REBOTE El Obradoiro se agarraba sobre todo al acierto de Muscala, pero no conseguía acercarse a pesar de dominar el rebote. Ese apartado fue el gran debe del CAI Zaragoza durante los primeros 30 minutos, especialmente en el rebote ofensivo. Tan solo cuatro había capturado el conjunto zaragozano en los tres primeros cuartos para coger cinco más en los últimos diez minutos, fase en la que ajustó su defensa para controlar mejor los balones que escupían los aros. Esa fue una de las claves que le permitó amarrar el triunfo en un tramo final en el que el marcador se igualó más de lo necesario.

Los locales ajustaron líneas y pusieron un nivel más de intensidad en la segunda parte, paso adelante obligado si no querían llegar demasiado tarde al intento de remontada. Continuó anotando Muscala, se unió Dewar por fuera, y efectivamente el CAI pasó apuros. Hasta el minuto 26 solo había sido capaz de capturar un rebote ofensivo. El Obradoiro se acercó hasta los tres puntos (53-59) y entonces apareció Sanikidze, que se atrevió y acertó, primero desde fuera, más tarde arrancando hacia el aro. Stefansson continuó con su particular recital y, junto a los puntos de Roll y Sanikidze, el CAI volvió a tomar aire (64-76). El Obradoiro continuó peleando hasta el final, pero el equipo aragonés no iba a permitir que se le escapara el triunfo. Stefansson cerró su partido casi perfecto y el CAI sumó su segunda victoria de la temporada, primera de su historia en Santiago.