La 14ª jornada de Segunda
El décimo que tocará
Agapito puede liquidar a su noveno entrenador si Herrera no es capaz de que su equipo le gane al Girona El primero que eligió el soriano, Víctor Fernández, fue el que más le duró
IGNACIO MARTÍN
Es de sobra conocida la fama de destructor que tiene Agapito Iglesias, máximo accionista del Real Zaragoza desde mayo del 2006, antaño constructor. Por su trituradora han pasado jugadores (80 fichajes y casi 100 futbolistas en total) y entrenadores de diversa índole, desde buenos hasta muy malos, más de estos que de aquellos. Los años dejan la impresión, no obstante, de que lo que ha ido urbanizando el soriano siempre ha sido peor que lo anterior. Se palpa ahora al echar un vistazo a la plantilla, la peor, sin duda, desde su llegada. Es más, es probablemente la peor de la historia. La tiene en sus manos, por ahora, Paco Herrera, cerca de convertirse en el noveno entrenador finiquitado por Agapito.
A Paco Herrera se le encuentran pocos aspectos favorables de su historia deportiva en el Zaragoza. Cuando llegó, trató de que el equipo fuese un cuerpo romántico, que siguiese el hilo de una filosofía más o menos connatural al juego visto en La Romareda desde los magníficos años 60. Poco después fue corrigiendo el rumbo, cambiando sistemas y alineaciones, hasta el mensaje. Ya no sabe lo que quiere. Tampoco lo que es el equipo, entregado a que el destino seccione la soga de la que pende.
Hay que reconocerle que ha sido capaz de transmitir una normalidad que buena falta le hacía al equipo y su entorno, histérico ya desde los últimos tiempos de Javier Aguirre, por supuesto con Manolo Jiménez. Pero ni tiene pasado con pedigrí zaragocista ni éxitos reconocidos. Lo más fue ese ascenso con el Celta, que es lo mínimo que se le pide aquí. Claro que Zaragoza no es Vigo, ni la exigencia es la misma. Ni la ciudad ni el estadio, donde se ve a futbolistas normales, del montón, convertirse en auténticos tarugos. Cosas de la presión, alegan. Nada nuevo por aquí, aunque los que ahora estén no lo sepan. A los Magníficos, sin ir más lejos, les chiflaban de lo lindo. Y a los entrenadores, de antes y de ahora, pues también. Los últimos años, sea dicho, han sufrido menos. Será que la gente sabe distinguir claramente quién es el culpable.
Así que Herrera ha aguantado entero hasta hace bien poco. Se diría que desde la tarde de Eibar está superado, que ni siquiera él cree. Falta que Agapito levante el colchón para prestarse el dinero con el que indemnizar al ajusticiado. El trámite primero es el Girona. Quién sabe. Si va este Zaragoza deprimido y gana... Agapito, bien se sabe, no se rige por normas lógicas, mucho menos futbolísticas.
El entrenador que más tiempo le duró al soriano fue Víctor Fernández, el primero que eligió. 587 días estuvo el aragonés en el banquillo, al que continuaron tres técnicos efímeros. Los dos primeros, Garitano (8 días) e Irureta (40), dimitieron emitiendo señales claras de hacia dónde iba el Zaragoza. Cerró esa campaña Villanova (75 días) antes de que iniciase la frecuentemente absurda rueda de despidos, con Marcelino (562), Gay (339), Aguirre (407) y Jiménez (526). Herrera cumple hoy 157 días al frente del equipo. Nada, ni nadie, absolutamente nadie, le puede garantizar que seguirá mañana. Ni siquiera Agapito, claro.
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