Sergio Pérez : Herrera y las pirañas

Una vez que Paco Herrera no fue destituido tras la derrota en Jaén, porque nunca estuvo claro que eso fuera a ocurrir por razones monetarias, la semana ha transcurrido agonizante en medio de una infantil caza de brujas en busca de quién quiere despedir al técnico y quién no, quién quiere más y quién quiere menos. En realidad es algo que han deseado todos, el primero Agapito Iglesias y de ahí, que el estatus jerárquico nunca ha cambiado, hacia abajo y en orden decreciente de responsabilidad. Pero querer echar a Herrera han querido todos. Hasta la afición de La Romareda, que ya le pidió que se fuera tras la derrota con el Numancia. La salida no ha cristalizado por dos razones simples: no hay dinero y entre los actores participantes en este enredo consensuaron ganar tiempo a ver si por esas alineaciones raras de planetas futbolísticos, el equipo despertaba esta tarde ante el Girona y el club podía ahorrarse el finiquito e invertir los cuatro duros que hay en un par de refuerzos en enero y no en un despido en noviembre.

El escenario es el mismo que fue con Jiménez, aunque al andaluz todavía había quien le conservaba una fe ciega que acabó con los huesos del Zaragoza en Segunda. Entonces el club cometió un error importante como el final de la historia bien demostró luego. Hoy la situación es casi calcada. Herrera lo está haciendo tan mal como Jiménez. Así que entonces como ahora está justificado pensar en un cambio. El mismo salvavidas, la falta de dinero, es el que mantuvo a flote al sevillano y el que conserva en su puesto al catalán. Con una diferencia clave: el club tiene reciente aquella lección.

En esa situación límite llega el partido del Girona. Con Herrera rodeado de problemas, quejándose sin quejarse de que la plantilla queda escuchimizada cuando le faltan tres o cuatro jugadores puntuales, no asumiendo su principal error --aún no ha sabido hacer un equipo férreo, con o sin bajas--, y en medio de una piscina repleta de pirañas hambrientas de que el Zaragoza sea algo más, que puede serlo.

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