--Usted llegó al Real Zaragoza en juveniles.

--Estuve dos temporadas en infantiles en el Arenas y llegué al Zaragoza en el primer año de juveniles. Y en el último año me subieron al equipo de Liga Nacional (entonces no había División de Honor) con Carlos Rojo y fui internacional sub-18. Entonces debuté ya con el primer equipo y al año siguiente jugué con el Aragón, en Segunda División.

--Se consagró de lateral, pero empezó jugando de centrocampista.

--Fue por circunstancias e incluso nunca tuve un sitio fijo por decirlo de alguna manera. Podía jugar tanto por la derecha como por la izquierda, era un poco comodín. Pero profesionalmente se me conoce como lateral. Además jugaba de lateral izquierdo y yo soy derecho.

--Debutó con el primer equipo siendo juvenil en aquella famosa huelga de futbolistas contra el Barcelona B, en el Camp Nou.

--Recuerdo que Carlos Rojo nos dijo que íbamos a ver el campo por la mañana para que el impacto fuera luego menor. Cuando sales a ese estadio te echas las manos a la cabeza. Ese año el Barcelona B estaba clasificado entre los mejores equipos de Segunda y tenían un gran equipo. Nos metieron cuatro, pero nos podían haber hecho un roto.

--Y a la temporada siguiente, todavía siendo juvenil, juega ya con el primer equipo la Copa de la Liga con Enzo Ferrari.

--Con 18 años jugué ya cinco partidos con Ferrari. Eso es algo grande siendo todavía juvenil.

--Pero después acaba de juveniles y se incorpora al Aragón.

--Aquello no lo vi como un retroceso, pero si hubiera sido ahora quizás sí, porque aquella temporada el Aragón subió a Segunda. No es algo que me duela, pero entonces cogió el primer equipo Luis Costa y me dijo que me quedaba en el filial. Ese año entre en la mili y tuve una serie de problemas para poder salir, me tenía que ir sin permiso, me arrestaban, no tenía continuidad en los entrenamientos y era complicado compaginar las dos cosas. Sin embargo, de haber estado en el primer equipo, creo que hubieran buscado una solución mejor. Ese año lo pasé mal, porque era todo muy complicado. Tuve ofertas, incluso de Segunda, pero decidí seguir en el Zaragoza.

--¿Y acertó quedándose?

--Sí, porque acabé el servicio militar y todo se normalizó. El equipo lo hizo bien, nos pusimos en primera posición y jugábamos muy bien al fútbol. Había gente con gran futuro en aquel equipo y creo que todavía debían haber llegado más jugadores arriba. Recuerdo que estaban Salillas, Isidro Villanova o Vizcaíno.

--Entonces aparece Villanova y lo recluta para el primer equipo.

--Hay un momento que el primer equipo anda mal y cesan a Luis Costa y coge el equipo Manolo Villanova. Y a falta de 20 partidos para acabar la Liga, Villanova se fija en mí y me sube al primer equipo. Con Villanova jugué todos los partidos, sin embargo con Costa no me fue bien.

--¿Pero estando en la mili hubo un momento que parecía que podía dejarlo?

--La realidad es que pude dejarlo. Fue el año que acabé de juveniles y me subieron al Aragón. En juveniles tenía que coger dos autobuses para llegar a la guagua, que salía de La Romareda, y subía a la Ciudad Deportiva, dos para subir y dos para bajar y yo tenía dinero solo para dos de ellos. Por eso tenía que hacer dos trayectos andando desde La Jota y debía elegir. Es cierto que llegaba a casa muy tarde, pero no me importaba porque podía entrenar y hacía ese sacrificio. El problema fue cuando me subieron al Aragón y entré en la mili, porque fue un caos. Además, me perdí la pretemporada.

--Es decir que no podía entrenarse con normalidad.

--Por eso fue duro. Entonces me engordé. Estaba mucho tiempo en el cuartel, comía de bocadillos y mi rendimiento se fue apagando. Yo me daba cuenta pero no podía hacer otra cosa. Sin embargo, acaba esa temporada, finalizó la mili y entra Sigi. Ese año en el filial hicimos una gran campaña en Segunda B y Villanova, que me conocía, se la jugó conmigo. Entonces decido hacer cuenta nueva, salvamos la categoría y la temporada siguiente viene Antic, que contó conmigo.

--¿Usted considera que consiguió triunfar aquí?

--Creo que triunfé. Jugué mucho y rendí bien. El primer año con Antic fuimos quintos y nos metimos en la UEFA. Ese año había muchos partidos que jugábamos hasta siete jugadores de la cantera. Fue una etapa muy bonita.

--¿Y se sintió valorado?

--Unas veces más y otras menos. Yo fui a la selección siendo jugador del Zaragoza y de hecho jugué más partidos siendo jugador del Zaragoza que del Madrid. Eso lo llevo con orgullo. Fui al Mundial de Italia como jugador del Zaragoza.

--¿Y se fue al Madrid por más de 300 millones de pesetas?

--A mí me quedaba solo un año de contrato y podía haberme esperado para irme libre, pero el acuerdo fue perfecto. El Zaragoza salía ganando, porque aquí me enseñaron todo, incluso los valores como persona, lo que no se puede pagar con dinero, y yo me iba a un gran club.

--¿Recuerda con especial cariño a algún entrenador?

--No olvidaré nunca a ninguno, pero a Carlos Rojo, Manolo Villanova y Radomir Antic lo haré siempre con especial cariño. Tampoco me quiero olvidar de Paco Arroyo, que estaba en el Arenas y puso mucho empeño en que yo pudiera ir al Zaragoza en juveniles. Rojo, Villanova y Antic me ayudaron como entrenadores y en lo personal. En mi casa, por circunstancias, mi padre no estaba, éramos cuatro hermanos y nos críamos con mi madre y esos entrenadores me ayudaron a ser persona. No era un chico rebelde, pero ellos me enseñaron cosas que otros aprenden en casa. A esa gente les estaré agradecido de por vida.

--Se fue al Madrid para ocupar el puesto de Gordillo.

--La verdad es que era algo complicado. El primer año empecé a jugar con Toshack, pero no acabé de romper. Cuando llega Antic me pone desde el principio y batimos varios récords con el Madrid, pero lo que son las cosas, decían que no había fútbol. Fue increíble, le cesaron yendo líderes y con 3 o 4 puntos de ventaja sobre el Barcelona.

--Y antes de ir al Madrid estuvo en el Mundial de Italia.

--Fue la guinda del pastel. Porque había hecho una buenas campañas con el Zaragoza, estaba a punto de firmar por el Real Madrid y me convocaron para un Mundial. En el Mundial de Italia jugué mucho.

--¿Por qué se le ha encasillado como un jugador más potente que técnico?

--No lo sé. En juveniles jugaba de interior. Si pudiera volver atrás haría menos kilómetros y utilizaría mi fuerza para otras cosas, pero mi labor era la de ser un jugador de ida y vuelta y tenía capacidad, pero cuando te viene la pelota si vas con esa aceleración no es fácil acabar bien las jugadas. No voy a rebatir a nadie, aunque no comparto lo que se decía sobre mí. Estuve 14 años de profesional y algo habré hecho bien.

--¿Cuando se fue al Depor pudo volver aquí?

--Estuve hablando con Paricio y Herrera y la verdad es que me hubiera encantado volver. Hubiera venido aquí en caso de haber habido una pequeña diferencia con la oferta del Depor, pero allí me ofrecían el doble y no pudo ser.

--¿Sus mejores recuerdos son en el Zaragoza?

--Donde mejor me he encontrado ha sido en Zaragoza y me hubiera gustado retirarme aquí. En el Real Zaragoza viví los mejores años de mi vida. Jugué en Europa, fui internacional y consiguieron formarme como persona.

--¿Por qué no ha seguido ligado al fútbol tras retirarse?

--El primer año tras mi retirada aún estuve comentado partidos para una radio, pero montamos una empresa y poco a poco me fui desvinculando del fútbol. Todo te come tiempo y no puedes estar en todos los sitios. Fue por eso, pero no porque me hubiera ido cansado del fútbol. Hace poco me llamaron de Gol Televisión para hacer un programa sobre los Mundiales y no pudo ser porque yo no podía estar realizando viajes a Madrid o a Barcelona dejando desatendidas mis cosas. En el fútbol se gana dinero, pero luego te incorporas a la vida normal y tienes que atender lo que hayas montado.

--Y luego, pasado el tiempo, no ha tenido la tentación de volver a vincularse con el fútbol de algún modo.

--No. Esta temporada me han llamado varias veces del club para participar en algunos actos y estoy encantado y orgulloso de poder colaborar con el Real Zaragoza. Yo estoy para lo que ellos quieran, pero no estoy intentando meterme en el club y si me lo propusieran no sé lo que querría.

--¿Pero sí que sigue al Real Zaragoza,claro?

--Cómo no. Es difícil no seguirlo. Es una pena que se haya llegado a esta situación. Si me hubieran dicho que iba a pasar lo que está pasando no me lo hubiera creído nunca. Pero las cosas están así. Lo primero que hay que hacer es recuperar la confianza de la afición, porque están ya están cansados. Sin el Zaragoza en Primera es como si faltara el Madrid o el Barcelona. La Romareda era siempre un campo difícil para los grandes, en la Copa siempre hacía buenas cosas y ahora me lo han cambiado. Ahora lo veo como aficionado y me duele mucho la situación del club. La gente está hastiada y se borra de socio después de muchos años, pero yo espero que todo vuelva a su cauce. El problema no es estar en Segunda sino como está todo.

--Como aficionado, ¿si tuviera la oportunidad de hablar con Agapito Iglesias qué le diría?

--Dar consejos siempre es complicado. Pero qué consejos le puedes dar alguien que ha funcionado como lo ha hecho. Creo que él nunca debería haber cogido esto. Todo lo que ha hecho le ha salido mal, pero no pienso que sea antizaragocista, porque algo debe querer al Real Zaragoza. Desde su llegada se ha quedado mucha gente en el camino y no se han dicho los motivos.

--¿Cree que se debería marchar cuanto antes?

--Eso es algo que Agapito tiene que ver claro, porque habría que saber todo lo que hay detrás. Hay muchas cosas enmarañadas y la solución es muy difícil. La solución sería vender el club y que viniera alguien con aire fresco y con otra mentalidad, pero quién coge un club con la deuda que tiene el Real Zaragoza y en Segunda. Cuando no funcionan las cosas hay que hacer cambios, incluso con los directivos, pero la situación no es fácil.

--Tiene la impresión de que la regeneración del club en la parte deportiva debe llegar a través de la cantera.

--Pero es que tampoco va a quedar otra, porque el club tiene muchos apuros económicos y no se va a poder fichar lo que se desea. Por eso la única forma de hacer algo es cuidar lo que tienes en la cantera, protegerlo, y lo que tengas bueno arriba atarlo de cara a hacer un buen equipo. Tal y como esta la normativa ahora en Segunda no se permite gastar más de lo que te marcan y la próxima temporada te van a dar menos ayuda y tendrás que contar con la gente de casa. Esta situación puede servir para que los jugadores de la cantera tengan más oportunidades. Para ser jugador, a parte de tus capacidades, necesitas a alguien que te dé partidos. Tú puedes estar entrenando toda la vida para hacerte jugador y te puedes hacer, pero jugando partidos es como te formas verdaderamente. Igual va bien esto para que se apoye más a la cantera.

--¿Teme, como mucha gente, que el Real Zaragoza pueda llegar a desaparecer?

--Sí, porque la losa es muy grande y si no se alivia por algún lado puede acabar con el Zaragoza, aunque Dios quiera que no y espero que no. El club necesita un cambio de gestión inmediato y si no temo que corre peligro.

--¿Comprende que la gente haya podido dar la espalda al club?

--La afición está cansada y es normal. La afición está triste, porque no ve un futuro bueno para el Real Zaragoza, y estoy hablando como aficionado. Mientras hay vida hay esperanza, pero la cosa no tiene buena pinta.