Los hermanos Ángel e Ignacio Zorita y Antonio Martínez están sopesando la posibilidad de abandonar el accionariado del Real Zaragoza en el momento que el grupo inversor mexicano se haga con el control de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD). El primero en abandonar el grupo de empresarios fue Mariano Casasnovas, que posee el 24,5% de las acciones, tras las amenazas recibidas en algunas pintadas por el mismo y algunos miembros de su familia. Casasnovas había sido el encargado de buscar empresarios para formar un grupo comprador.

En el origen, Ángel Zorita contaba con un 13,23% del 90,3% de las acciones que los empresarios aragoneses compraron a Agapito Iglesias, mientras que su hermano Ignacio, a través de la empresa de Gefespo, y Antonio Martínez tenían un 7% de los títulos cada uno. Martínez entró en la operación en lugar de Juan Forcén, a quien iba a representar inicialmente. Después todos ellos se hicieron con un poco más de capital al repartirse parte del 7% que había quedado libre por la renuncia de Míchel Castillo y de Víctor Otal, que había actuado como representante de Castillo y que tenía derecho a quedarse con esas acciones.

Lo que no está claro es qué puede suceder con las acciones que posee James Edward Brumwell. El inversionista inglés, que posee el 24,5% del capital social, no estuvo en la presentación del grupo de empresarios y tampoco ha aparecido en ningún momento. Los títulos de Mariano Casasnovas se iban a repartir en principio entre el resto de accionistas salvo Brumwell, porque entonces hubiera superado el 25% que obliga a que la operación sea autorizada por el Consejo Superior de Deportes (CSD), pero ahora quizás no se realice ese reparto por el inminente aterrizaje del grupo de inversores mexicano en el Real Zaragoza.

Ahora mismo los únicos que parecen contar con opciones de seguir en la sociedad son Javier Lasheras y Luis Gamón, uno como presidente y otro como director general, respectivamente, pero tampoco es seguro que lo vayan a hacer. Los inversores mexicanos pensaban comprar el 80% del 90,3% de las acciones que poseen los empresarios aragoneses, pero tampoco hay que descartar que al final adquieran la totalidad de los títulos. Eso, en cualquier caso, tampoco descartaría la continuidad de Lasheras y Gamón en esos puestos, pero sin ser accionistas.