La mayor parte de las líneas del Real Zaragoza han sufrido la inestabilidad provocada por la formación de un equipo renovado con urgencia, a última hora y con grandes restricciones económicas. La defensa se ha visto muy agitada, en gran parte por las lesiones de Diego Rico y Vallejo. También por decisiones tácticas del entrenador, que buscó la pareja ideal para el eje primero con Cabrera junto a Vallejo y ya en el segundo partido con un Mario que se ha convertido en fijo en los planes del técnico.

En tres encuentros, contra Osasuna, Barcelona B y Sabadell, Víctor hizo coincidir a los mismos en una retaguardia que parecía ser la de su gusto. Whalley, Fernández, Vallejo, Mario y Rico. La lesión del lateral izquierdo hizo que situara sobre la marcha a Cabrera en esa posición, un puesto del que será muy complicado desplazar al uruguayo después de sus notables actuaciones ante Alavés y Llagostera.

La joya de la corona, Vallejo, ha sobrevolado la inexperiena de sus 17 años con una gran personalidad. No ha podido, sin embargo, esquivar la enfermería. Frente al Llagostera, Rubén fue el elegido para cubrir su ausencia. En total nueve jugadores han pasado por la titularidad en la defensa, y solo dos, Whalley y Fernández, han participado en las seis jornadas.