El hombre de los 44 puntos se ha instalado en La Crosse, Wisconsin, a orillas del río Mississippi, la ciudad donde terminó una carrera deportiva que pasó por la CBA, la NBA, Italia, Argentina, Japón, Suiza y dos años en Zaragoza, de 1989 a 1991, que le sirvieron para convertirse en un icono. Desde allí atiende a EL PERIÓDICO y explica que sigue en el mundo de la canasta aunque desde otras facetas. "Estoy muy ocupado todo el día, estoy entrenando al equipo de instituto en el que juegan mis dos hijos adolescentes. Y también soy árbitro", relata Mark Davis, el héroe de la segunda Copa del CAI Zaragoza.

"Sí, me acuerdo de todo, de mis compañeros de equipo, del entrenador, de los dueños del club, todos fueron muy buenos conmigo", señala el alero 25 años después de una gesta que aún perdura en la memoria y en el libro de los récords. "44 puntos en un partido es mi mejor marca personal", indica. También lo es todavía en una fase final de Copa del Rey. "¿Ah sí? ¡Wow!", se sorprende Davis.

44 puntos en la final, 19 en la semifinal, 32 en cuartos de final. Una media de 31,6 por encuentro, tampoco superados todavía, para coronarse como MVP de aquella edición de febrero de 1990. "Recuerdo que ganamos al Valvi, al Madrid y al Joventut, el equipo jugó muy bien ante buenos rivales. Aún estoy feliz por aquello, por el título y por el MVP", dice el tirador de Virginia. El recuerdo que Davis dejó en Zaragoza es indeleble y también al revés. "Fui muy feliz en Zaragoza, me hubiera gustado estar más tiempo allí, pero mi novia estaba fuera. Fueron los mejores tiempos de mi vida. El mejor logro de mi carrera fue ser campeón con el CAI", asegura.

25 años después, nombra amigos y rivales como si acabara de encontrárselos. "Recuerdo a los Arcega brothers, a Quique Andreu, que era mi mejor amigo en el equipo, y a los entrenadores. Adoro a Monsalve, es una lástima que no pudiera ser campeón, pero era un gran entrenador". Y también recuerda a José Luis Rubio, el presidente que le siguió por Estados Unidos hasta convencerle para venir a Zaragoza el verano de 1989. "Elegí el CAI porque el dueño era una persona muy amable y se portó muy bien conmigo, me ayudó en todo lo que necesitaba".

No se le han olvidado tampoco los rivales que se encontró en las pistas "Recuerdo a Epi, del Barcelona, gran jugador y muy buena persona, a los jugadores del Madrid, a Villacampa del Joventut". Villacampa fue uno de los jugadores que no pudieron frenarle en aquella tarde mágica de Las Palmas. "Lo cierto es que jugué a un nivel muy alto", reconoce. Davis jugó dos temporadas en el CAI promediando 23,5 puntos por encuentro y ganó los dos concursos de triples del All-Star que se celebraban entonces.

No ha vuelto a España aunque le gustaría hacerlo. "Tengo dos hijos que juegan muy bien al baloncesto y me gustaría que conocieran España y que pudieran jugar allí", apunta. Y envía un mensaje para Zaragoza: "Es el mejor sitio de España, me encantaría poder volver algún día y ver a todos los compañeros", se despide el héroe de 1990. Un tirador, un ganador, un hombre récord. "Era un gran tirador", admite. Ya no quedan jugadores como él. "Lo sé", ríe en La Crosse el hombre de los 44 puntos.