El CAI Zaragoza puso fin en Murcia a un mes negro en cuanto a resultados, siete derrotas consecutivas que han sacado al equipo de los puestos de playoff de manera temporal y de la Eurocup de forma ya definitiva, y ofreció algunos síntomas de mejora que le permitieron dar ese primer paso. El conjunto de Joaquín Ruiz Lorente volvió a cantar victoria y lo hizo mejorando uno de los aspectos que se habían convertido en una rémora en las últimas semanas, el acierto exterior.

El CAI anotó en Murcia 9 triples, su tercera cifra más alta de la temporada, y con un porcentaje de acierto del 43%, números más cercanos a las posibilidades del equipo desde el 6,75 y, sobre todo, que aumentan exponencialmente las posibilidades de victoria. También hubo un mayor reparto de puntos entre los jugadores exteriores e interiores (34 y 41, respectivamente), aunque volvieron a ser los cuatros los que llevaron la voz cantante en la anotación, y un ligero repunte en la aportación de los dos tiradores del equipo. Al contrario que en Roma, a Robinson se le vio algo más acertado que a Goulding, aunque ambos andan aún intentando encontrar su mejor versión.

La cuestión es que el CAI recuperó su olfato desde la larga distancia, uno de los aspectos de su juego que se había desplomado en las últimas semanas alcanzando unos porcentajes bajo mínimos y que al equipo le urgía recuperar. En Murcia, el conjunto aragonés consiguió casi los mismos puntos desde el triple (27) que en tiros de dos (30), convirtiéndose los tiros libres en otro de los factores que desequilibró la balanza. El CAI supo utilizar mucho mejor sus faltas y provocar las del rival, lo que generó 13 tiros libres más para el CAI que para el Murcia. Jelovac fue el más acertado desde la línea del 6,75 al errar solo uno de los cinco lanzamientos que intentó.

Esa mejoría exterior marcó el camino por el que el CAI Zaragoza regresó a la victoria. Un camino por el que volvió a regalar algunos rebotes ofensivos y en el que le faltó la continuidad y la consistencia que dan las dinámicas positivas. El de Murcia fue un triunfo con un valor anímico incluso superior al puramente numérico por lo que significó de liberación para una plantilla que había caído en un estado de ansiedad en su juego ante la falta de resultados.

El equipo cerró el peor capítulo de la temporada justo en el momento en el que debe afrontar un reto mayúsculo, puesto que se va a ver las caras con el vigente campeón, el Real Madrid, en los cuartos de final de la Copa del Rey, y a tiempo para mantenerse en la pelea por el playoff. De momento, el CAI detuvo su contador de derrotas, que no es poco. Ahora la cuestión es que el equipo utilice el triunfo en Murcia como un punto de inflexión a partir del cual seguir trabajando para ser siempre un equipo competitivo e ir mejorando en otros aspectos.