Gerard Piqué se disculpó ayer "por las expresiones desafortunadas" que profirió a los agentes de la Guardia Urbana que multaron a su hermano el pasado 13 de octubre en la zona de ocio del Port Olímpic. El jugador azulgrana les dijo: "Sois unos chulos" y "sois una vergüenza" y "me da asco vuestro trabajo". Al tratarse de un caso de faltas, el defensa del FC Barcelona no fue al juzgado pero su abogado entregó una carta al juez en la que pedía disculpas por esas palabras. La fiscal pide para Piqué una multa de 900 euros por una falta de respeto a la autoridad y la acusación particular elevó su petición de multa a los 10.500 euros al considerar que "es más proporcional al sueldo del jugador y a la gravedad de los hechos".

MESSI VUELVE A SER FELIZ

Leo Messi, por su parte, aseguró: "Desde Anoeta hemos cambiado nuestra actitud. Las ganas. Salimos al campo de otra manera. El vestuario quiso cambiar la imagen de ese partido y lo consiguió", en la inauguración de la tienda Adidas en Barcelona, para explicar esa mutación que se ha producido en un Barcelona que ha encadenado desde entonces 11 victorias. Y con 14 goles suyos. "Me encuentro bien, feliz de cómo están saliendo las cosas. Quiero seguir ayudando. El año pasado no fue un año bueno. Quiero que eso cambie", añadió.

Messi habló del Barça que ha construido Luis Enrique, "capaz de respetar la filosofía del club", pero añadiendo otros recursos. "Ahora nos gusta llegar rápido a la otra portería y aprovechar los espacios que deja el rival por la calidad de los delanteros", afirmó elogiando a Neymar y Suárez. Más que dos compañeros de ataque, son dos cómplices. Y dos amigos. Esa excelente química interior entre los tres tenores se traslada al césped.

Corre el Barça de Luis Enrique y galopa desbocado como en la nueva Catedral de San Mamés. Pero sabe pararse cuando toca, tal y como demostró en el Camp Nou ante el valiente Villarreal. "No hemos perdido la filosofía de tener el balón, pero hemos añadido el contragolpe, algo que antes no hacíamos tanto", dijo Messi. También él ha sufrido una mutación táctica. Cuando era nueve, o falso nueve, marcó 14 goles en 16 partidos. Cuando es siete, o falso extremo derecho, es más letal aún: 23 en 17.