Es un fin y un medio, es la esencia del juego. Divertirse, pasárselo bien, levantarse del asiento o hacer que otros se levanten, es la razón última que mueve a unos a jugar y a otros, a ver jugar. Disfrutar en la pista y en la grada fue lo que hicieron ayer el CAI Zaragoza y sus aficionados en una amplia, clara y divertida victoria ante el UCAM Murcia (84-64). Un triunfo redondo en todos los sentidos porque fue el número 100 del equipo aragonés en la Liga Endesa.

El equipo de Joaquín Ruiz Lorente volvió a ofrecer respuestas colectivas a problemas individuales que le planteó un agresivo pero intermitente Murcia que terminó diluido en medio del vendaval ofensivo que desató el CAI. Una defensa solidaria y un ataque coral volvieron a ser las bases en las que se asentó el juego zaragozano. Liderado por un Tomás Bellas sensacional, asistiendo, moviendo al equipo, anotando, con Norel empequeñeciendo a Lima, el colofón lo puso Joan Sastre, firmando incluso un mate a una mano tras una de sus ya clásicas puerta atrás que puso al pabellón en pie coreando su nombre.

El CAI fue mejor que el Murcia en todo momento, incluso cuando la mano caliente de Campazzo reemplazó a un alocado Cabezas y anotó tres triples seguidos en el primer cuarto, aun cuando el marcador se empeñaba en ajustarse. El Murcia no estuvo nunca por delante ni impresión que dio de poder hacerlo. El CAI fue dueño y señor del encuentro y su trabajo paciente y constante le sirvió para abrir la brecha final, que se marchó hasta los 20 puntos y que puede ser importante de cara a la Copa.

El equipo de Joaquín Ruiz busca y busca hasta que encuentra la mejor opción. Sea donde sea, sea para quien sea. Con un acierto discreto desde el 6,75 (solo cuatro triples en toda la mañana), el CAI explotó su superioridad por dentro, la conexión entre base y pívots, para cimentar una sólida e incontestable victoria. En el último cuarto, el Murcia lo apostó todo al triple como único camino posible y lo único que encontró fue un callejón sin salida. Con 9 triples en 40 minutos es difícil ganar un partido.

Los murcianos tampoco aprovecharon la única debilidad que, a priori, presentaba el CAI, la ausencia de Henry. Bellas campó a sus anchas, marcó el ritmo, anotó 13 puntos y recibió seis faltas por una única cometida. Le dio descanso Sergi García haciendo gala de su desparpajo habitual. El balear está todavía en camino, pero ya demuestra que no tiene ningún temor a la ACB ni a ningún reto que le venga por delante. Ni a jugarse un tiro al borde de la posesión para anotar su primera canasta de la temporada. García, como todo el CAI, también se divirtió ayer.