Fue el mediocentro, junto con los carriles, la posición que en el verano pasado más reforzó el Zaragoza, la demarcación donde más competencia se intuía. El plan era que el equipo se hiciera fuerte en el medio y buscara la velocidad por las alas hacia el marco rival tras la presión. Así se concibió la idea y así acabó por tejerla Popovic, sobre todo con el cambio de sistema para pasar al 4-1-4-1 en Lugo, que le ha dado más consistencia al conjunto zaragocista y un buen momento de resultados reflejado en tres victorias consecutivas y 4 partidos sin perder (10 puntos de 12).

En ese eje de la medular se mantuvo a Dorca, el jugador que más minutos y partidos (43) firmó el curso pasado, y llegaron Erik Morán, Diamanka, Wilk y el japonés Aria. En estas nueve jornadas iniciales todos han sido titulares ya y ninguno puede sentirse con el rol de indiscutible, porque todos han tenido ración de banquillo en alguna ocasión.

Por ahí, en el manejo de esa competencia en esa demarcación, Popovic acertó en varias decisiones, como el cambio de dibujo, y supo dar marcha atrás en otras, como la apuesta por Aria, el jugador que llegó de su mano y que, tras empezar como titular, hace varias semanas que perdió ese tren. De hecho, el japonés será baja mañana por segundo partido seguido por su lumbalgia.

Dorca, con 640 minutos y 8 partidos de titular, es el que más ha jugado, pero la semana pasada descansó en la Copa y también se quedó en el banquillo contra el Tenerife, su primer partido de Liga sin jugar. El catalán es posible que vuelva mañana al once, lo que significaría la salida de Wilk o de Diamanka. Dorca jugó de central en Albacete, el único duelo que ha tenido a 4 de los 5 medios como titulares, ya que también lo fueron Wilk, Morán y Diamanka.

Wilk ha disputado 632 minutos, con ocho partidos de Liga, una baja por sanción en Lugo y una suplencia ante el Alavés, donde jugó los últimos minutos al salir por Diamanka en el 75.

Los más beneficiados

Erik Morán y Diamanka han sido los grandes beneficiados con el cambio de dibujo, que también ha supuesto que tengan más cabida los mediocentros, además de esa ganancia en solvencia y seguridad como bloque. Erik Morán es, sin duda, el futbolista que más ha visto cambiar su rol desde que Popovic le dio un giro al dibujo en el Anxo Carro. El vasco había tenido una presencia testimonial hasta la quinta jornada. Ante el Almería salió en el 77 por Wilk, en Butarque y Anduva no jugó, contra el Córdoba relevó a Dorca en el 54 y frente a Osasuna también al catalán tras el descanso. Desde Lugo (cuatro partidos), ha jugado la totalidad de los minutos (360) como ancla, como guardián defensivo en la medular. En total, acumula 467 minutos en 7 encuentros, los 4 últimos de inicio.

Diamanka, por su parte, no había jugado ni un solo minuto hasta el Anxo Carro y desde entonces ha disputado los cuatro encuentros (Lugo, Alavés, Albacete y Tenerife), con un total de 315 minutos, cediendo su puesto en la recta final del encuentro en tierras gallegas al japonés Aria, y ante el Tenerife, a Sergio Gil, de fantástica irrupción en la Copa y que también va a aumentar la competencia en la medular zaragocista.

Aria (284 minutos, 6 partidos y 4 de titular) empezó como fijo, porque la idea de Popovic era que el japonés canalizara el fútbol por delante de Wilk y Dorca como pareja en el doble pivote. Fue titular en Miranda, ante el Almería y el Leganés rebajando en cada partido su presencia en minutos y su aportación al equipo, no jugó ante el Córdoba por una gripe y frente a Osasuna fue su última aparición en el once en Liga (en Copa contra el Llagostera fue titular). El cambio de dibujo le ha terminado de relegar a un segundo plano, aunque por lo que ha demostrado hasta el momento está muy lejos de merecer un puesto en el once.