Un cierto malestar mezclado con una dosis inusual de cansancio persistente, la visita al médico y una mala noticia pendiente de verse tamizada o agravada con posteriores exámenes y análisis. Johan Cruyff experimentó el impacto personal que han sufrido, sufren y sufrirán miles de personas a las que un día se les diagnostica un cáncer. La dimensión del exentrenador azulgrana, el creador del dream team y punto de partida de la gloriosa proyección futbolística del Barça, recordó la existencia de uno de los mayores males contemporáneos.

A Cruyff le toca ahora, retirado como estaba de toda actividad profesional, enfrentarse a un cáncer de pulmón que le fue diagnosticado el pasado martes en Barcelona. La noticia trascendió ayer sin que todavía hayan concluido las pruebas que le han prescrito los médicos, los resultados que arrojarán y el tratamiento que seguirá el extécnico barcelonista, cuya última actividad fue la de seleccionador de Cataluña. Fuera de los banquillos desde 1996, salvo en esa función puntual y honorífica que ejerció del 2009 al 2012, Cruyff vivía retirado y consagrado a una fundación benéfica.

Ahora Cruyff, a sus 68 años, deberá enfrentarse al peor rival jamás conocido. Al más temible. Y fuera del césped que siempre dominó como futbolista y entrenador, sino encerrado en las asépticas y blanquecinas paredes de centros hospitalarios. El paciente holandés desconoce todavía cuánto durará esa lucha y cuáles serán las reglas de juego, pendiente como está de los resultados de otras pruebas.

La mánager de Cruyff difundió en su nombre una nota ayer que confirmó la existencia de un cáncer de pulmón, del que había informado Catalunya Ràdio. Pero, al mismo tiempo, avisó de que los exámenes no habían concluido. "Confiamos que en esta ocasión sí se respete la privacidad de Johan y su familia", escribió Carole Thate, representante oficial de Cruyff, antes de adelantar que, cuando terminen todos los estudios clínicos, "se informará al respecto".

Minutos más tarde, su cuenta de twitter oficial emitía un mensaje de gratitud "por todo el apoyo recibido" en tres idiomas (castellano, holandés e inglés). La noticia, filtrada sin el consentimiento de la familia, se expandió por todo el planeta por la dimensión de Cruyff. Las reacciones no se hicieron esperar por la trascendencia de una figura universal y la sorpresa del deterioro de su salud, desconocido incluso para varios de sus allegados. Johan había superado en febrero de 1991 una insuficiencia coronaria grave que le tuvo de baja un mes y medio y había mejorado sus hábitos. El principal fue el abandono del tabaco, que se atribuye ahora al origen del cáncer de pulmón que sufre.

MENTALIDAD GANADORA

El Barça fue el primer club en dar un mensaje de apoyo a través de Josep Maria Bartomeu. Parecidas palabras le dedicó Joan Laporta, amigo de Cruyff, que ayer viajó a Amsterdam. "Siempre has ganado y ahora también lo harás", escribió el expresidente del Barça. Clubs y futbolistas sobre todo holandeses reaccionaron en parecidos términos aludiendo a su mentalidad ganadora.