Un solo gol en cinco partidos y 11 puntos de 15 posibles. El tanto que anotó en el descuento Rubén Cruz en Albacete, cuando el Zaragoza ya había abrochado la victoria con tres dianas en la primera media hora del choque, ha sido el único que recibió el conjunto de Ranko Popovic desde el encuentro en el Anxo Carro, el partido que marcó un antes y un después, el duelo en Lugo donde el serbio, con su puesto en juego, retocó el dibujo con Diamanka y Erik Morán para que la disposición pasara a ser un 4-1-4-1.

Desde entonces, la sexta jornada, ningún otro equipo de Segunda ha recibido menos goles. El Zaragoza, que había encajado seis dianas en las cinco primeras jornadas y no fue capaz de dejar su portería a cero, ha pasado a exhibir una muralla muy difícil de superar para sus rivales, un muro basado en el orden defensivo, en el espíritu de bloque, pero también en el buen momento de Vallejo y Cabrera en el eje y en la sobriedad de Bono.

El empate en Lugo, las victorias ante Alavés (1-0) y Tenerife (2-0) y las tablas del sábado en Girona.... En esos cuatro partidos no vio batir su portería y solo contabiliza la mencionada diana de Rubén Cruz en el Carlos Belmonte. De este modo, solo Osasuna, que llevaba seis goles hasta ayer y era ejemplo de solvencia defensiva desde el inicio de la competición --la del Zaragoza es sobre todo generada desde Lugo--, estaba a la altura de los de Popovic. Sin embargo, los navarros recibieron ayer dos tantos en el Heliodoro y acumulan 8, uno más que el Zaragoza. Ponferradina y Bilbao Athletic, con 9 tantos recibidos, y Nástic, Alcorcón, Huesca y Mallorca, con 10, son las siguientes defensas más sólidas de la categoría.

DATO HISTÓRICO

El dato es reseñable, porque nunca en su historia en la categoría de plata, en los 18 pasos anteriores por Segunda, había llegado el Zaragoza con tan pocos goles en contra a las diez primeras jornadas. Y, además, no es que no le hagan ya apenas goles. Es que casi no concede ocasiones. En Lugo, Bono solo tuvo que trabajar en el tramo final con alguna intervención, el Tenerife no le obligó a ninguna acción de mérito, mientras que en Gerona solo un cabezazo de Alcalá en la recta final fue una buena parada. El Alavés sí llegó algo más en la segunda parte en La Romareda, pero sin peligro real y el meta marroquí solo tuvo una tarde intensa en Albacete, aunque el trabajo le llegó cuando el Zaragoza ya dominaba por 0-3, algo si se quiere hasta lógico cuando se va con tanta renta en el marcador, porque se suele bajar la concentración atrás.

El problema para el Zaragoza es que ha mostrado poquísimo fútbol y capacidad ofensiva en los últimos partidos, salvo la excepción del Albacete, mientras que en Lugo y contra el Alavés sí ofreció algunos argumentos arriba. No demasiados, pero sí suficientes. El drama ha sido superior contra el Tenerife, donde el equipo ganó con dos goles de pena máxima, y en Gerona, un choque de absoluta nulidad ofensiva zaragocista.

ASCENSOS CON SOLIDEZ

Así que el Zaragoza necesita algo más que seguir defendiendo tan bien, pero es un dato a resaltar esos siete goles en 10 jornadas. Con una sencilla proyección matemática, si mantiene este nivel, el Zaragoza finalizaría las 42 citas ligueras con solo 29 tantos encajados. Con el actual sistema de competición, con una Segunda de 22, ¿cuantos equipos han firmado ascensos directos con esa solidez, recibiendo menos de 30 goles en 42 jornadas? Pocos, la verdad.

Hay tres casos en los últimos años, los espejos en los que se debe mirar el Zaragoza, los que mira el director deportivo, Martín González. El Sporting acabó segundo el curso pasado con 27 dianas en contra, el Eibar fue primero en la 13-14 con 28 y el Elche también terminó como el mejor de Segunda en la 12-13 con solo 27 dianas recibidas. El cuarto y último ejemplo es más antiguo. En la 97-98, en la primera categoría de plata con 22 equipos, el Alavés recibió 25 tantos. Los dos últimos ascensos del Zaragoza fueron con 40 goles en contra en la 02-03 y con 42 en la 08-09.